Devocionales
Aprendamos Misericordia
“Hombre, él te ha declarado lo que es bueno, lo que pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, amar misericordia y humillarte ante tu Dios” Miqueas 6:8 (RV60).
Quiero tratar un tema sencillo, pero de gran relevancia, que a veces se nos olvida a raíz de todo lo que vivimos a nuestro alrededor y es: “la misericordia de Dios”.
Tenemos un ejemplo en Mateo 9:9. Cuando Jesús le hizo un llamado a Mateo para que lo siguiera, los fariseos lo criticaron por sentarse a comer con los publicanos y pecadores.
Jesús les aclaró que los sanos no tienen necesidad de médico sino los enfermos y les dio una instrucción: “Vayan y aprendan lo que significa misericordia, porque eso es lo que quiero y no sacrificio porque no he venido a llamar a justos sino a pecadores al arrepentimiento”. Mateo 9:12
Nos enseña que la misericordia es para la gente que no se la merece. Cuando fallamos y pedimos perdón, recibo misericordia y tenemos la bendición de no vivir en condenación.
Cuando el Señor nos advierte en Lucas 6:37, que no debemos juzgar ni condenar a nadie, también hace énfasis en que con la misma medida con que medimos seremos medidos. Con respecto a amar a nuestros enemigos y la necesidad de hacerles bien, espera que seamos sus hijos, porque nos da el ejemplo como Padre; que es benigno para con los ingratos y malos. Lucas 6:35. Y termina diciendo: “Sed misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso”.
La misericordia no se acaba, ni se agota, sino que se renueva cada día. En resumen, necesitamos la misericordia de Dios en nuestras vidas todos los días.
Depende del contexto de donde venimos somos un poco legalistas o rígidos con los demás, y nos cuesta o se nos olvida que debemos igualmente tener misericordia siempre con los demás.
Oración:
Señor, gracias por haber tenido misericordia de nosotros, aun, cuando no lo merecemos.
Escrito por Angelina Gómez Corrales para CBN