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Devocionales

“Porque toda la ley de Dios se resume en un solo mandamiento: Cada uno debe amar a su prójimo, como se ama a sí mismo”. Gálatas 5:14 

 

El amor hacia el prójimo no comienza con una emoción o un sentimiento, porque pueden ser pasajeros, sino con decisión y acción. 

  

Cuando le brindas ayuda a una persona realizas un acto de amor que te llenará de mucha satisfacción, siempre y cuando lo hagas con pasión, sin interés, con entrega y sin esperar nada a cambio. 


Hay muchas maneras en las que puedes ser de gran bendición para las personas que te rodean; por ejemplo, con un saludo, un abrazo, un consejo, una oración por sus necesidades, e incluso con una sonrisa. Las pequeñas demostraciones de afecto, pueden hacer grandes cambios en la vida de otros.
 


Muchos piensan que el prójimo es sólo la persona que es cercana afectivamente o que ven a diario, como un familiar o el vecino de al lado. Sin embargo, el prójimo es todo aquel que te rodea, puede ser tu amigo, el indigente que ves en la calle o tu enemigo. No importa quién sea, Dios te manda a amarlo.
 


“Amados hijos míos, debemos amarnos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es hijo de Dios, y conoce a Dios”, enseña 1Juan 4:7.
 


Recuerda, siempre que tengas la oportunidad de ayudar a una persona, aunque parezca algo pequeño o simple, no dudes en hacerlo. Sentirás gran gozo dentro de tu corazón.
 


Oración
 
Señor, gracias por tu palabra que me enseña a crecer cada día más y que me guía por el mejor camino, que eres Tú. Te pido que me ayudes a amar a mi prójimo, incluso a quienes me han hecho daño. Hoy quiero ser de bendición para la vida de otras personas que necesitan de tu inmenso amor, en el nombre de Jesús, amén. 

Escrito por Esther Baldelomar para CBN 

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Devocionales
“Que, si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. 1 Juan 1:9 (RV60)

El Salmo 32 nos describe la experiencia de un hombre que pasó por el proceso de callar su pecado y sentir la dicha de ser perdonado, cuando lo confesó. Y como lo expresa el título, podemos ver lo dichoso o bienaventurado que es el hombre que ha sido perdonado, no solo porque su pecado es borrado sino porque ya Dios no lo culpa de iniquidad, y en su espíritu ya no hay engaño. Vs.2

Este salmo nos narra el proceso que tuvo este hombre cuando calló su pecado: se envejecieron sus huesos, se fue debilitando, su corazón gemía por dentro, noche y día sentía la mano de Dios que pesaba sobre él. Vss 3-4. Hasta que confesó su pecado y ya no encubrió más su falta. Vs.5

Resumiendo, veamos las recompensas para el hombre que teme al Señor: Hay un tiempo específico para buscar al Señor y hallarlo; nos promete que en la prueba nos guardará de la angustia; nos hará entender y enseñará el camino por donde debemos andar. También nos exhorta a no ser como el caballo o como el mulo, que tienen que ser sujetados para que obedezcan. Vss.6-7-9

Es motivo de gozo, alegría y alabanza a Dios, poder disfrutar de la dicha de ser perdonados porque sus frutos son paz y bendición. Tenemos un Salvador que llevó nuestros pecados en la cruz. “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”. El Espíritu Santo nos invita a acercarnos al trono de gracia, donde el Señor siempre nos recibirá con perdón y misericordia, y promete enseñarnos el camino.

Oración
Padre, gracias porque la sangre de Jesucristo, tu Hijo, me limpia de todo pecado. 1 Juan 1-7b

Escrito por Angelina Gómez Corrales para CBN
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Devocionales
“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”. San Juan 15:7 (RV60)

En el tiempo en que el rey David había envejecido y era necesario elegir un nuevo rey, Adonías su hijo se eligió rey. Preparó un gran banquete, se hizo de gente y siervos; pero no invitó a los grandes funcionarios del rey David ni a su hermano Salomón, usurpando de esa manera el trono. 1 Reyes 1:5

Enterado de esto, el profeta Natán visitó a Betsabé, madre de Salomón y le expuso la situación y le dio un consejo urgente.

Así, Betsabé se presentó ante la presencia del rey con toda reverencia y reclamó el derecho que por juramento había hecho el rey David, de poner sobre el trono a su hijo Salomón, porque Dios así lo había confirmado.

De inmediato fue elegido Salomón como rey de todo Israel. Con la participación de fieles allegados y con la compañía de todo el pueblo, hubo una gran celebración; siendo anulada la usurpación de Adonías.

Hay un propósito divino que Dios quiere cumplir en nuestros hijos y esta historia nos anima a ir ante la presencia de nuestro Dios y con toda reverencia pedir por ellos. El usurpador siempre estará acechando para despojarnos de nuestra bendición, pero no debemos permitirle robar lo que es nuestro.

En el Salmo 72: vs.15, el rey David bendijo e hizo una oración profética sobre el reinado de su hijo Salomón, intercediendo de esta manera: “Se orará por él continuamente, todo el día se le bendecirá”.

¿Estaremos orando lo suficiente por los nuestros y bendiciéndolos continuamente? Y si estás desanimado y crees que todo está perdido, entra a la presencia del Dios vivo, y arrebata lo que te pertenece y no descanses hasta ver tu deseo cumplido.

Oración
Señor, con toda reverencia te pido por la herencia que les pertenece a nuestros hijos. Amén.

Escrito por Angelina Gómez Corrales para CBN
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