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Devocionales

“Sé que cada mañana se renuevan su gran amor y su fidelidad”. -Lamentaciones 3:23


Es increíble saber que a pesar de la infidelidad del ser humano, Dios siempre es fiel con sus hijos.


Hoy, el pecado de la infidelidad en el mundo de los negocios o en el ámbito familiar, se ha vuelto una práctica muy común en las personas.

 

¿Cuántas veces le has sido infiel a Dios? Tal vez no las puedas contar; sin embargo, puedes levantar tus ojos y ver que Dios es fiel en todas las cosas que haces y en todo momento.


“Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones”. (Deuteronomio. 7:9)


La fidelidad es una de las características principales de Dios y está íntimamente unida a la verdad, eso hace que Él jamás olvide su palabra y que no falta a ella. Siempre cumplirá lo que ha prometido.


No te aflijas, ni te inquietes, Dios es realmente fiel. No mires tu aflicción con temor o tu mañana con pesimismo, pues de esa manera negarás que Dios no es fiel en tu vida.


Sé paciente en El Señor, Él te mostrara su amor y fidelidad hasta en las pruebas más difíciles.


Aprende a dejarle tu vida en sus manos, así aumentará tu fe.


Oración

Señor, te doy gracias por tu fidelidad que es incomparable, porque sé que a pesar de mis errores siempre estarás a mi lado. Ayúdame a confiar plenamente en ti y a ser una persona positiva ante las adversidades. En el nombre de Jesús. Amén.

Escrito por Esther Baldelomar, para CBN.
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Devocionales

“Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar”. Mateo 11:28


Muchas veces cuando veo y escucho las noticias, me sorprendo de que muchos hombres, cabeza de hogar, salen de su casa y no regresan más.

 

Gran cantidad de madres toman medidas desesperadas con sus hijos porque no tienen alimento diario para darles.


Mucha juventud está perdida en la delincuencia, pandillas y no saben que hacer.


Estaba en casa con mis dos hijas en los quehaceres diarios. Había llegado del trabajo cansada de un día difícil, estresada, mi esposo no se encontraba en ese momento, estaba sola con todo el trabajo, y mi cuerpo y mente no podían más.


Se cruzaron por mi mente las situaciones antes expuestas, en el que hay un límite del cual a veces creemos que no podemos superar o salir y dije -“Ahora entiendo a toda esa gente que no tiene a Cristo y toma todas esas decisiones equivocadas creyendo que no hay salida para su problema e incluso los lleva a la muerte en muchos casos”.


En ese momento, hice una oración pidiéndole a Dios perdón por dejarme atrapar en cosas circunstanciales, cuando la salida a todo ese momento estaba sólo con pedirle a Dios que me diera nuevas fuerzas, que me hiciera descansar y seguir adelante hasta que todo se calme.


No era tan difícil. En el acto, Dios renovó mis fuerzas y las cosas volvieron a la calma, pero sólo fue con la ayuda de Dios.


Ahora entiendo las razones por las que Cristo Jesús murió por nosotros, porque sabía que estos momentos en nuestra vida sucederían y sólo Él podría librarnos.


Oración:

Señor, te pido por todas las personas madre, padres y jóvenes que están pasando por momentos de desesperación y no te conocen, para que lleguen a saber que tu eres su única salvación, que tu eres el único a quien tenemos que acudir para salir adelante. Señor, ayúdame a buscarte más y estar siempre conectada a ti para que pueda superar con tu soporte cada día difícil que deba afrontar. Gracias Señor por tus bendiciones. En el nombre de Jesús. Amén.

Escrito por Rosario Guerrero para CBN

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Devocionales

“Sé que no hemos sido destruidos porque Dios nos tiene compasión”. Lamentaciones 3:22 (Traducción en Lenguaje Actual).


Cuando la calamidad, la tragedia y la devastación entran en nuestras vidas, usualmente se produce un choque inicial. Así sucedió con un terremoto que causó un tsunami de 30 pies y golpeó la costa, la gente fue tomada por sorpresa. Ellos se quedaron de pie cautivados, mientras la ola traía una terrible destrucción. Luego vino el shock y con ello la realidad que se adhirió a su ser. Quizás se preguntaban: ¿ahora qué?, ¿cómo sobreviviré?

 

Como sucede con la muerte de un ser querido, tal vez te encuentres entumecido al principio. Luego mientras pasas por las emociones de cada día, tal vez en algún momento sientes la pérdida de nuevo porque algo remueve el recuerdo de un tiempo difícil. A lo mejor una canción, un lugar o un día festivo pondrá a prueba tus emociones y traerá de vuelta una realidad que no experimentabas desde hace algún tiempo.


Cuando te aferras a la realidad, puedes encontrar el amor de Dios que te ayudará a sobrepasar esos momentos. Esta es la forma en que será para todos aquellos que no sólo han perdido a sus seres queridos, sino incluso todas sus pertenencias.


Durante el tiempo de duelo y pérdida, recordamos que no hay un mañana. La vida no es más que un respiro. ¿A qué se puede sostener uno en esta vida? El único con quién podemos contar es con nuestro Señor Jesucristo, mientras trabajemos en la esperanza y la fe de que habrá un mejor mañana y un nuevo comienzo.


Mientras se limpian los restos y se inician las construcciones, lo más importante por recordar es que se están reconstruyendo vidas. La Biblia dice que nos fundamentemos en la roca sólida que es Jesucristo. En Él está la seguridad que necesitamos para enfrentar cualquier circunstancia. Debemos entender que Él nos acompañará en el proceso.


Todos hemos tenido nuestros momentos difíciles, hemos experimentado pérdida de una u otra manera, pero conforme pasan los años, nos damos cuenta de que siempre fue un capítulo más de nuestra vida. Terminará y uno nuevo comenzará a escribirse.


Sus misericordias son nuevas cada mañana (Lamentaciones 3:22-23) Este es nuestro recordatorio para vivir día a día. Vea con anticipación su gracia que es suficiente por hoy. Mañana, Su gracia se hará cargo de ti.


Esta es la realidad. Estamos aferrados a la gracia y piedad de Dios que mantendrá nuestros corazones y mentes, qué corramos y no nos cansemos, caminar y no rendirnos (Isaías 40:31), porqué nuestra ayuda está en el nombre del Señor.


Oración:
Señor, he sentido que las calamidades, el dolor, las injusticias y las tragedias me han tumbado, pero hoy quiero levantarme y aferrarme nuevamente a ti. Sé que me tienes compasión, por eso levanto mi voz y clamo a ti. Ayúdame Señor, no me dejes. En el nombre de Jesús, amén.

Escrito por Cathy Irvin. Escritora de CBN

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Devocionales

“Tú eres mi refugio; tú me protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de liberación.” Salmos 32:7


Dios está moviéndose por medio de su Espíritu en las vidas de su pueblo. Cada día oímos de su fidelidad para completar lo que Él ha iniciado.

 

Conforme pensaba en cómo nuestras batallas no son nuestras sino del Señor, Dios me mostró que muchas luchas que tenemos hoy en día son porque estamos en territorio enemigo. El Señor está ensanchando los límites. En el reino espiritual, Él está tomando lo que una vez perteneció al diablo y se lo está dando a su pueblo.


Como cristianos, confiamos en el Señor para que nuestras familias se vuelvan a Dios, nuestras finanzas aumenten y la salud sea restaurada.


Yo consideraba las situaciones en mi vida y veía cómo Dios nos exigía a mi esposo y a mi creer más y hacer más para la gloria de Dios. Esto puede resultar incómodo. Tal vez no podemos prever todo lo que el Señor ha preparado para nosotros, ni podemos vislumbrar cómo se realizará, pero sabemos que si Él está en medio de los cambios, todo servirá para bien.


Cuando no podemos pronosticar lo que viene, Dios está con nosotros. Cuando los planes requieren finanzas que todavía no tenemos, Él puede proveer. Tendremos toda la sabiduría y las provisiones que necesitamos en cada paso. Dios nos dará el poder para cumplir el propósito.


No tenemos que temer, ni estar llenos de duda o poca fe. Lo que Dios tiene para nosotros permanecerá.


Con cánticos de liberación, victoria, prosperidad, favor y bendición Él proveerá para las necesidades. Anímate y regocíjate. Espera a Dios en tu situación porque Él te está cuidando. Él está presente para ayudarte a superar las batallas y tormentas de la vida. Él está contigo.


Oración

Señor, déjame sentir que me amas cuando tengo temores y duda. Quiero que seas mi protector y mi guía, poner mi esperanza en ti y saber esperar cuando las situaciones sean difíciles. Enséñame, Señor, a confiar en ti. En el nombre de Jesús, amén.

Escrito por Martha Noebel
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Devocionales

“¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?”. Mateo 6:27.

 

Últimamente he pensado mucho en el dinero. Pero miro más que sólo mis finanzas personales. Dios ha puesto una lupa sobre mis finanzas espirituales también. ¿Qué he ahorrado en mi alma? ¿Qué debe ser deducido?

 

Todo empezó el mes pasado que me cambié de casa. Por decisión propia, mi vida simple y calculada se volvió de cabeza. Me pasé a vivir a una gran ciudad, donde el costo de vida es considerablemente más alto (de muchas formas). Dejar mi zona de seguridad hizo que todo fuera nuevo y aterrorizante.


Durante las primeras semanas me preocupaba mucho, desde pagar mis cuentas hasta causarle una buena impresión a mi jefe. En cierta forma, mi ansiedad se dio gusto recolectando cada preocupación que pudiera. Mientras tanto, mi fe estaba en los números rojos.


¿Te ha pasado algo así? ¿Esos momentos donde se siente que uno está inundado de preocupaciones y al calcular su fe encuentra que tal vez no tenga suficiente para cubrir la deuda?


La preocupación no tiene valor monetario en este mundo, no resolverá nada. Lo que deja es frustración, una fe debilitada y permite que el temor controle su vida.


Aclarémoslo, no tienes el control. No hay forma de mantener tu vida balanceada perfectamente como una chequera. Debes dársela a Dios. Es el único que puede mantener paz en tu vida en medio de un mundo inestable.


“Encomienda al Señor tus afanes, y Él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre”, Salmos 55:22.


Dios me dio una ilustración para esto: donde quiera que estoy imagino que Él sostiene una gran olla con monedas. Cada vez que llega un problema, imagino una moneda en mi mano y la echo en esa olla. Incluso a veces físicamente estrecho mi mano y hago como que tiro esa moneda. En mi mente, oigo donde cae y golpea las otras. Estoy encomendando mis afanes al Señor, ahora son de Él.


Oración

Señor, quiero entregarte cada preocupación que llega a mi vida y sentirme de esta manera más libre. Quiero quitar de mis hombros la carga de la preocupación que se levanta cada día. Te entrego mis temores, mis dudas, mis preocupaciones y te entrego mi corazón. El pecado que cargo perdónalo y quítalo para vivir en tu paz. En el nombre de Jesús. Amén.

Escrito por Jennifer E. Jones
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Devocionales

“Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca”. -Salmo 34:1

Hubo un hombre quien era temeroso de Dios y apartado del mal; además, siempre obedecía en todo, su nombre era Job. Vivía económicamente bien y tenía una familia que amaba mucho.

 

Un día perdió sus posesiones, le robaron sus bienes, y para aumentar su calamidad, sus hijos murieron de manera violenta. Todo sin ninguna explicación aparente.

 

A pesar de esta situación tan confusa y difícil, la actitud de Job fue muy diferente a la que toma la mayor parte de las personas cuando se les presentan pruebas complicadas.

 

Después de demostrar su gran dolor, Job se postró y adoró a Dios. (Job 1:20). Ese acto marcó su actitud y la manera en que afrontaría las circunstancias.

 

En tu vida también puede ser complicado tratar de entender por qué te ocurren realidades tan duras en las que no encuentras explicaciones claras o soluciones.

 

Es entonces cuando debes comprender que Dios quiere que tengas un cambio de actitud y aprendas a darle gracias a Él en todo tiempo. Pero, sobre todo, que puedas adorarle de corazón, aun cuando la adversidad te rodee.

 

Dios puede trabajar de maneras inesperadas, y al final puedes descubrir que Él siempre actúa para tu propio bien, aunque en el proceso resulte difícil comprenderlo.

 

Recuerda que el plan de Dios para tu vida es totalmente perfecto y que toda obra para bien, para quienes lo aman.

 

Ten presente que Dios ve tu corazón y sabe quién eres. Él siempre va a apreciar lo que haces.

 

¿Podrías adorar a Dios si vivieras lo que pasó Job?

 

Oración
Dios, muchas veces los problemas que llegan a mi vida parecen no tener solución. Sé que eres perfecto y tienes el control de ellos. Ayúdame a entender tus planes y a reconocer que te necesito todos los días. Hoy te pido que me guíes en cada paso que doy y me ayudes a adorarte de corazón en todo tiempo. En el nombre de Jesús, amén.

Escrito por Esther Baldelomar

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Devocionales

“Yo no quiero la muerte de nadie. ¡Conviértanse y vivirán! Lo afirma el Señor omnipotente”. Ezequiel 18:32

 

En este momento estoy a 35.000 pies de altura, viajo en un avión lleno de gente, maletines y bolsas. Antes de encender mi computadora, me puse a leer el breve manual en caso de emergencias que provee la aerolínea.

 

Ninguno quiere morir, pero aun así sucede.

 

Desde mi asiento puedo ver el pasillo, pero no la cabina del piloto. Si algo viene hacia la aeronave, no me daría cuenta. Lo cierto es que al viajar he puesto mi confianza en los pilotos, los arquitectos del avión y los demás suplidores. En mi vida, he puesto mi confianza en un solo Piloto, Arquitecto y Constructor de mi cuerpo terrenal.

 

Dios no se place en la muerte, pero la sombra de muerte nos sigue. Nos preocupamos, lloramos y hacemos todo lo posible por posponer lo inevitable.

 

No estoy listo para irme; pero nuestras vidas, como este vuelo, pronto acabarán. Cuando suceda, quiero hacer algo mejor. ¿Y tú?

 

“Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra.” 2° Crónicas 7:14.

 

Oración
Señor quiero que tengas el control de mi vida y que en la vida o en la muerte mi alma te pertenezca. Te recibo en mi corazón y pido que perdones mis pecados. En el nombre de Jesús, amén.

Escrito por Eddie Jones

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Cuando yo era un niño hubieron un par de ocasiones cuando en mi clase de escuela dominical se realizó un concurso para ver quién era capaz de memorizar la mayor cantidad de versos de las escrituras. Invariablemente, cada vez que este concurso se llevó a cabo el primer versículo que salía de la boca de todos era Juan 11:35: “Jesús lloró.” Este es el versículo más corto de la Biblia en Español.

 

El poder de Juan 11:35 se suele pasar por alto porque es muy pequeño. Cuando miramos a la luz de la historia más amplia, vemos algo verdaderamente maravilloso de Jesús. El incidente de Jesús llorando se da en medio de la historia de cómo resucitó a Lázaro de entre los muertos. Jesús era un buen amigo de Lázaro y sus dos hermanas, María y Marta. Lázaro había caído gravemente enfermo y sus hermanas habían enviado un mensaje a Jesús para que Jesús viniese sanase a su hermano. Se menciona tres veces en Juan 11: 1-46 que Jesús amaba a Lázaro, María y Marta. A pesar de que ninguno de estos tres fueron contados entre 12 discípulos de Jesús, la Escritura habla claramente de su amor y afecto por ellos.


Sin embargo, cuando Jesús se entera de que Lázaro está enfermo, se retrasa deliberadamente. Jesús corrió al lado de Lázaro para sanarlo. En cambio, Jesús pasa dos días más dónde está y durante ese tiempo Lázaro muere. ¿Por qué? ¿Por qué Jesús espera y deja que su amigo a quien él ama muera? Jesús dejó morir a Lázaro porque él tenía un plan. Todo este asunto desde principio y hasta el fin no era un misterio para Jesús. El plan desde el principio fue el de resucitar a Lázaro de entre los muertos.


Tuvieron que pasar otros cuatro días para que Jesús llegara a Betania, la casa de Marta y María y donde su hermano Lázaro, que ya había sido enterrado. Jesús incluso se perdió el funeral. Hablando de llegar tarde. Cuando Marta se entera de que Jesús está en la ciudad, ella se apresura a verlo. En su conversación obtenemos uno de los grandes versos de esperanza y promesa. Jesús dijo en Juan 11: 25-26


“Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?”


Marta entonces va y se encuentra con María y los demás que estaban en duelo con ellos.


Ahora viene la parte interesante. Cuando Jesús ve a María y Marta y toda la gente que estaba de luto con ellas, Él se conmueve profundamente y llora también. Jesús lloró. ¿Pero por qué? El sabía que él iba a resucitar a Lázaro de entre los muertos. Él sabía que la historia iba a tener más adelante un final feliz. Él sabía que estaba a punto de hacer algo verdaderamente impresionante. Sin embargo, – Jesús lloró. Él no trató de callar a todos. Él no los reprendió por no tener fe. No trató de decirles que todo iba a estar bien. No transformó la procesión hacia la tumba en un desfile de victoria. El caminó con ellos y lloró con ellos.


Jesús lloró porque comprendió y sintió su dolor y tristeza. Dios no solo es el Dios de la eternidad, sino que también es el Dios del momento. Él no menosprecia o minimiza cómo nos sentimos simplemente porque Él sabe cómo va a resolver todo. En cambio, Él camina con nosotros y se siente como nosotros en los tiempos de nuestro más profundo dolor. María, Marta, y la multitud podrían haber pensado que Jesús había llegado tarde, pero ¿Cómo puede la Única Persona que puede deshacer cualquier cosa, incluyendo la muerte, llegar tarde?


No sé lo que estás pasando, pero Jesús si lo sabe. No sé cómo va a funcionar, pero Jesús sí. No sé cómo se siente, pero Jesús sí sabe. Sea lo que sea, él tiene un plan. Él está caminando con a tu lado y siente lo que sientes. Jesús llora contigo. No es tarde, y al final se va a ver que lo que sea que haya “muerto” en su vida, será levantado de nuevo. Entonces, Jesús se gozará contigo.


Escrito por: John P. Rey

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Devocionales

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios, en toda oración y ruego, con acción de gracias. Filipenses 4:6 (RV60)


En Lucas 10:38-42. Jesús visitó la aldea de Betania donde una mujer llamada Marta lo invitó a su casa. Esta tenía una hermana llamada María que sentándose a los pies del maestro oía su palabra. No sabemos cuántas personas se encontraban allí, pero Marta estaba muy preocupada con los quehaceres de la casa pues quería atenderles muy bien. Marta estaba molesta por su hermana porque no le ayudaba y su gran preocupación la llevó a reclamarle a su invitado. “Señor” -le dijo- “¿No te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile pues, que me ayude”. Jesús le respondió: “Marta afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria, y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada”.


No quiere decir que María fuera desconsiderada con su hermana, ni que Marta no fuera responsable de sus ocupaciones, pero como lo afirmó Jesús: “Solo una cosa es necesaria”. Allí con ellas estaba el hijo de Dios en persona, el que tiene el poder de cambiarlo todo, del que depende nuestra vida, el que se puede compadecer de nuestras debilidades. María disfrutó de su visita, se regocijaba a sus pies escuchándolo.


El tiempo le pertenece a Él, nuestra prioridad debe ser Él y veremos la recompensa buscando su presencia. Si andamos preocupados, cargados y afligidos lo que saldrá de nuestra boca será queja, reclamo y no una alabanza o acciones de gracia a nuestro Dios. Examinémonos hoy, hagamos una pausa para que podamos disfrutar un tiempo diario a solas con Dios.


Oración: Amado Padre Celestial, necesito estar en tu presencia cada día, deposito toda mi preocupación delante de ti. Ayúdame a ordenar mis prioridades para que seas tú el Centro de mi vida. En el nombre de Jesús Amén.


Escrito por Angelina Gómez Corrales, para CBN

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Hay un proverbio africano tradicional que dice que “se necesita un pueblo para criar a un niño”. La idea es que un niño tiene su mejor oportunidad de ser un ser humano entero, productivo y saludable cuando hay varias personas involucradas en educarlos.


Vemos que en el cuadro ideal de la unidad familiar: los abuelos, los padres, tíos y amigos de la familia, todos ayudan a la formación trayendo sabiduría, orientación, asesoramiento y opciones.


Tal vez en su propia vida, usted ha tenido la oportunidad de entrar en la historia de alguien y es igualmente probable que alguien haya hecho lo mismo por usted también.


Al mirar hacia atrás en mi corta vida, puedo ver el impacto y la influencia de muchas personas que me han desafiado, animado y me han movido. Una palabra oportuna de aliento. Una amable advertencia. Un reto. Un movimiento de cabeza. Una sonrisa. Todo eso me ha empujado, provocado y causado cosas buenas en mi vida.


Podemos ser rápidos en recibir estas cosas, pero no en devolvernos y decir “gracias”. A veces necesitamos revisitar a aquellos de nuestro pasado y decirles “Gracias por ayudarme”.


A menudo no sabemos lo que nuestro estímulo significa para otra persona, cómo Dios puede usarlo para impactar a alguien. Lo que significa que a menudo otras personas no saben cómo su estímulo nos impactó.


Hay una oportunidad para responder aquí: ¿por qué no enviar un mensaje a alguien hoy y agradecerle por su impacto en tu vida?


¡Hoy en un gran día para decirle “Gracias” a aquellos en tu pasado!


Escrito por Fin Sheridan 
CBN

 

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