Devocionales

Vida

“Yo no quiero la muerte de nadie. ¡Conviértanse y vivirán! Lo afirma el Señor omnipotente”. Ezequiel 18:32

 

En este momento estoy a 35.000 pies de altura, viajo en un avión lleno de gente, maletines y bolsas. Antes de encender mi computadora, me puse a leer el breve manual en caso de emergencias que provee la aerolínea.

 

Ninguno quiere morir, pero aun así sucede.

 

Desde mi asiento puedo ver el pasillo, pero no la cabina del piloto. Si algo viene hacia la aeronave, no me daría cuenta. Lo cierto es que al viajar he puesto mi confianza en los pilotos, los arquitectos del avión y los demás suplidores. En mi vida, he puesto mi confianza en un solo Piloto, Arquitecto y Constructor de mi cuerpo terrenal.

 

Dios no se place en la muerte, pero la sombra de muerte nos sigue. Nos preocupamos, lloramos y hacemos todo lo posible por posponer lo inevitable.

 

No estoy listo para irme; pero nuestras vidas, como este vuelo, pronto acabarán. Cuando suceda, quiero hacer algo mejor. ¿Y tú?

 

“Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra.” 2° Crónicas 7:14.

 

Oración
Señor quiero que tengas el control de mi vida y que en la vida o en la muerte mi alma te pertenezca. Te recibo en mi corazón y pido que perdones mis pecados. En el nombre de Jesús, amén.

Escrito por Eddie Jones

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