Devocionales

Aferrarse

“Sé que no hemos sido destruidos porque Dios nos tiene compasión”. Lamentaciones 3:22 (Traducción en Lenguaje Actual).


Cuando la calamidad, la tragedia y la devastación entran en nuestras vidas, usualmente se produce un choque inicial. Así sucedió con un terremoto que causó un tsunami de 30 pies y golpeó la costa, la gente fue tomada por sorpresa. Ellos se quedaron de pie cautivados, mientras la ola traía una terrible destrucción. Luego vino el shock y con ello la realidad que se adhirió a su ser. Quizás se preguntaban: ¿ahora qué?, ¿cómo sobreviviré?

 

Como sucede con la muerte de un ser querido, tal vez te encuentres entumecido al principio. Luego mientras pasas por las emociones de cada día, tal vez en algún momento sientes la pérdida de nuevo porque algo remueve el recuerdo de un tiempo difícil. A lo mejor una canción, un lugar o un día festivo pondrá a prueba tus emociones y traerá de vuelta una realidad que no experimentabas desde hace algún tiempo.


Cuando te aferras a la realidad, puedes encontrar el amor de Dios que te ayudará a sobrepasar esos momentos. Esta es la forma en que será para todos aquellos que no sólo han perdido a sus seres queridos, sino incluso todas sus pertenencias.


Durante el tiempo de duelo y pérdida, recordamos que no hay un mañana. La vida no es más que un respiro. ¿A qué se puede sostener uno en esta vida? El único con quién podemos contar es con nuestro Señor Jesucristo, mientras trabajemos en la esperanza y la fe de que habrá un mejor mañana y un nuevo comienzo.


Mientras se limpian los restos y se inician las construcciones, lo más importante por recordar es que se están reconstruyendo vidas. La Biblia dice que nos fundamentemos en la roca sólida que es Jesucristo. En Él está la seguridad que necesitamos para enfrentar cualquier circunstancia. Debemos entender que Él nos acompañará en el proceso.


Todos hemos tenido nuestros momentos difíciles, hemos experimentado pérdida de una u otra manera, pero conforme pasan los años, nos damos cuenta de que siempre fue un capítulo más de nuestra vida. Terminará y uno nuevo comenzará a escribirse.


Sus misericordias son nuevas cada mañana (Lamentaciones 3:22-23) Este es nuestro recordatorio para vivir día a día. Vea con anticipación su gracia que es suficiente por hoy. Mañana, Su gracia se hará cargo de ti.


Esta es la realidad. Estamos aferrados a la gracia y piedad de Dios que mantendrá nuestros corazones y mentes, qué corramos y no nos cansemos, caminar y no rendirnos (Isaías 40:31), porqué nuestra ayuda está en el nombre del Señor.


Oración:
Señor, he sentido que las calamidades, el dolor, las injusticias y las tragedias me han tumbado, pero hoy quiero levantarme y aferrarme nuevamente a ti. Sé que me tienes compasión, por eso levanto mi voz y clamo a ti. Ayúdame Señor, no me dejes. En el nombre de Jesús, amén.

Escrito por Cathy Irvin. Escritora de CBN