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Devocionales

“Vuelve ahora en amistad con Dios, y tendrás paz y por ello te vendrá bien”. Job 22:21 (RV 60)

 

El relato bíblico nos traslada a Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, donde había un estanque llamado Betesda. Juan 5:1-14


Allí se congregaba una multitud de enfermos: ciegos, cojos, paralíticos. Porque cada año un ángel descendía al estanque y agitaba el agua, y el primero que bajaba quedaba sano de cualquier enfermedad.


Había allí un hombre que hacía treinta y ocho años estaba inválido. Jesús lo vio acostado y le hizo una pregunta: “¿Quieres ser sano?” El paralítico le declaró que no tenía quién lo ayudara a meterse al estanque y siempre otro enfermo lo hacía primero. El Señor, viendo su condición y que llevaba mucho tiempo así, le dijo: “Levántate, toma tu lecho y anda”. Y al instante anduvo. Luego Jesús se lo encuentra nuevamente y le añade las siguientes palabras. “Has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor”. 


En medio de la multitud, el Señor se fijó en él y vio, no solo su condición espiritual, sino también la física. ¿Cuál es tu condición hoy?


No debemos esperar sentirnos mal para correr al salvador, al sanador y libertador por excelencia. Si estás entre la multitud esperando un cambio en tu vida, sin esperanza, hoy Jesús te está mirando para ayudarte, levantarte y bendecirte.


Jesús no solo pagó el precio por nuestros pecados en la cruz, sino que puede sanar los corazones quebrantados y toda enfermedad.


“Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”.
 Romanos 5:8


El pecado nos separa de Dios, acerquémonos con un corazón humilde y restauremos nuestra relación con él.


Oración

Amado Dios, sé que soy un pecador, me arrepiento de todo corazón. Te entrego mi vida, te recibo como mi Señor y mi Salvador personal. Cámbiame y lléname de tu Santo Espíritu. Amén.


Escrito por Angelina Gómez Corrales para CBN

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Devocionales

“¡Así que decidimos que enviaríamos a todos de vacaciones, con todo pago, para que puedan descansar bien!”, Exclama la presentadora cuando la familia de 5, con 2 niños discapacitados, se echó a llorar. ¡Al igual que yo!


“Éste es George. George es un perrito golden retriever que fue abandonado…” dice la voz solemne, mientras que pasan tomas en blanco y negro de George, sentado bajo la lluvia a través de la pantalla de la TV. Yo silenciosamente sollozo, con el rostro en mis manos.


*Un niño abraza a su padre mientras la canción “Padre e Hijo” suena en el fondo. Es un anuncio de pan.* Llorando, trato de cambiar el canal, pero no puedo ver el control remoto debido a las lágrimas.


¿Cuán emocional eres? Uno de los elementos únicos de cada individuo son nuestras emociones; Nuestra capacidad de sentirlos y nuestra voluntad de expresarlos. Usted puede ser alguien que llora todo el tiempo – anuncios, espectáculos o momentos como los de arriba son suficientes para moverte a un mar de sollozos. O puede ser alguien que rara vez muestra emoción – bodas, funerales y cuando se golpea el dedo con un martillo.


Las emociones son muy volubles; amigos un momento y enemigos al siguiente. Nuestra capacidad de sentir es uno de los mayores dones de Dios, pero también puede secuestrar nuestras vidas de manera muy perjudicial. Las emociones son como el fuego: grandiosos en el lugar correcto, destructivas en otros. Quieres fuego en la fogata, pero no lo quieres en tu edredón.


La fe no contradice las emociones; más bien las complementa. Nuestras emociones y sentimientos deben expresarse en nuestra fe y nuestra fe debe dirigir nuestras emociones. Jesús es nuestro modelo de vida perfecto y experimentó toda gama de emociones. Él lloró. Él rió. Él suspiró. Él gritó. Se expresó.


Con nuestra tendencia hacia los extremos, a veces pensamos que deberíamos intercambiar una espiritualidad emocional por una piedad formal, pero eso no podría estar más lejos de la verdad. Dios quiere vivir con nosotros, en nuestras emociones, siempre y cuando estén estabilizadas por la presencia de su Espíritu.


Escrito por Fin Sheridan para CBN

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Devocionales

“El que me ama mi palabra guardará, y mi Padre le amará y vendremos a él, y haremos morada con él”. Juan 14:23 (RV 60)


En San Juan 11:15 dice la Palabra de Dios lo siguiente: “Amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro”. En este hogar situado en Betania, Jesús era muy bien recibido, disfrutaba la compañía de estos tres amigos y sus sentimientos eran recíprocos.


San Juan 12 lo describe: le prepararon una cena especial, no era la primera vez. Marta servía, María fue la que ungió a Jesús con un perfume de nardo puro de gran valor y Lázaro siempre estaba presente. Esta familia amaba a Jesús y tuvo la oportunidad de recibir al Hijo de Dios en su casa. 


Recordemos que Lázaro enfermó de muerte y Jesús lo resucitó después de cuatro días de fallecido. María siempre estaba a los pies del Señor escuchando su palabra y Marta sirviéndole, a pesar de que un día estuvo muy preocupada por los muchos quehaceres; fue la que contestó: “Sí Señor, yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo”. Juan 11:27


Había muchos hogares en Betania, pero la comunión que había entre estos tres hermanos y Jesús era muy especial.


En estos tiempos Jesús nos hace la misma invitación: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo”. Apocalipsis 3:20


Oración

Padre Celestial, gracias por el regalo de la salvación que proveíste por medio de tu Hijo. Te entrego mi vida, quiero que seas mi Señor y mi Salvador personal. Perdóname por todos mis pecados y hazme una nueva persona. Amén


Escrito por Angelina Gómez Corrales para CBN Latino

 

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Devocionales

Desde el momento en que nacemos, estamos rodeados de todo tipo de líderes. Puede estar siendo llevado hacia lo seguro o hacia lo inseguro, usted no puede evitarlo. Algunos líderes son puestos sobre nosotros – nuestros padres por ejemplo. Algunos los podemos elegir: la iglesia a la que elegimos asistir a menudo puede ser un reflejo de nuestros sentimientos acerca del pastor / ancianos. Otros líderes vienen como parte de un paquete con otra opción que hemos hecho: un trabajo en particular tal vez.


Una de las mayores mentiras que la sociedad ha creído es que cuanto más arriba alguien está en el organigrama, más valiosos son. Mientras que el liderazgo es realmente importante, a menudo podemos pensar que la posición que alguien tiene determina el valor que tienen como ser humano.


Esta mentira existe incluso en la iglesia. Somos culpables de aquello llamado “maravillas del escenario”; creyendo que aquellos que tienen un rol público (pastores, líderes de adoración, etc.) son los que más le importan a Dios. Son los que él prefiere, mucho más que la “gente normal de la iglesia”.


La iglesia de Galacia necesitaba oír esto también. Es por eso que Pablo escribe: “Ya no hay judíos ni gentiles, esclavos ni libres, hombres y mujeres. Porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”(Gálatas 3:28). Ahora, la diversidad importa y debe ser celebrada; eso no es lo que está diciendo este versículo. Está diciendo que Jesucristo nos hace a todos uno, que el suelo al pie de la cruz está nivelado y que todos somos igualmente valiosos para Dios, por medio de Cristo.


Por lo tanto, la próxima vez que sientas que nadie se daría cuenta si te perdiste la iglesia, no apareciste, o no estabas por ahí, recuerda esto: El valor nunca viene de la posición. Viene de la persona que nos hizo, nos ama y dio su vida por nosotros.


Escrita por Fin Sheridan para CBN

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Devocionales

“Manzana de oro con figuras de plata, es la palabra dicha como conviene.” Proverbios 25: 11 (RV60)

Esta comparación nos ilustra cómo las palabras son de gran importancia para nuestra vida y pueden causar un efecto positivo, no solo a los que nos escuchan sino a nosotros también.

El libro de Proverbios (18:21) nos hace meditar y a tener cuidado, para que examinemos muy bien lo que hablamos, cuando dice: “La muerte y la vida están en poder de la lengua y el que la ama comerá de sus frutos.”

De nuestra boca pueden salir palabras que edifican, que lleven consuelo, que bendigan; o palabras destructivas que hieren a los demás o que nos acarrean maldición. En el transcurso del día estamos escuchando o hablando muchas cosas, pero es importante que al hablar, nuestras palabras sean llenas de gracia, de verdad y, aunque sean de corrección o exhortación, deben ser dichas con amor y firmeza. Las palabras atraen los frutos de lo que decimos, sean para bien o para mal.

Jesús lo dijo: “Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar, pero lo que sale de él, eso es lo que contamina”Marcos 7:15, confirmándonos este texto, los resultados que nos podemos acarrear.

La Biblia nos muestra dos ejemplos:
La de una mujer llamada Abigail, que con sus palabras sabias y prudentes salvó su familia de una destrucción definitiva. 1 Samuel 25:24
Y el joven Absalón, que con sus palabras y hechos atrajo a su familia mucho dolor y causó hasta su propia muerte. 2 Samuel 15

En resumen, La palabra de Dios es la fuente de la sabiduría capaz de transformar y cambiar nuestra forma de hablar, siempre y cuando Jesús sea el Señor de nuestra vida.

Oración
Padre Celestial, dame sabiduría para que mis palabras atraigan bendición a mi vida y ayúdame a hacer los cambios necesarios para no atraer maldición. Lléname con tu Santo Espíritu y ayúdame a dar testimonio de tu poder. En el nombre de Jesús. Amén

Escrito por Angelina Gómez Corrales para CBN Latino

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Devocionales

“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”. Eclesiastés 3: 1(RV60)


Cuando Salomón, autor de este libro, observó todo lo que había logrado y todo su esfuerzo, declaró que todo era vanidad y aflicción de espíritu, y no quedó satisfecho, llegando a las siguientes conclusiones:

Hay un tiempo de nacer, tiempo de morir, de sembrar y arrancar, de reír y llorar, de amar y aborrecer, de callar y hablar, de destruir y edificar, de guerra y de paz.

Lo anterior significa que a todos nos acontecerán tiempos buenos y malos, pero no es para echarnos a morir, o conformarnos, sino para aprender a ser agradecidos con el Señor que nos da la fuerza para continuar cada día confiando en que nos dará la victoria.

Si usted hoy está pasando por una etapa difícil y tiende a cansarse o a forzar los cambios, créame que se va a sentir fatigado, frustrado y esa no es la salida. Esperar en Dios a través de ese proceso nos ayudará a mejorar áreas de nuestra vida.

Amar a Dios sobre todas las cosas, guardar su palabra y entregarle nuestra voluntad a él, hará la diferencia para obtener su favor y esperar respuestas que nos sorprenderán.

El secreto está en sentirnos bien con lo que tenemos, sea mucho o poco. Salomón lo resumió de esta manera: “Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida”. Eclesiastés: 3:12

Oración
Padre bueno, estoy dispuesto a esperar y a poner toda mi confianza en ti, perdona mi impaciencia porque tus tiempos son perfectos. En el nombre de Jesús, amén. 

Escrito por Angelina Gómez Corrales para CBN

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Devocionales

“Estas cosas os he hablado para que en mi tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”. San Juan 16:33 (RV60)


El territorio de Belén de Judá era azotado por el hambre. Elimelec, su esposa Noemí y sus dos hijos se trasladaron a Moab buscando mejores condiciones. Tiempo después murió el esposo de Noemí y también sus dos hijos que se habían casado en ese lugar. (Ruth 1). (RV60).


Con mucho dolor, amargura y culpando a Dios por todo lo que le había sucedido, Noemí regresa a su tierra natal. Una de sus nueras llamada Ruth decidió acompañarla renunciando a su país, a sus dioses y costumbres para ampararse bajo el señorío del Dios de Israel.


Noemí venía afligida por todo lo que había perdido, con las manos vacías como ella misma lo dijo, achacándole a Dios su desgracia, sin imaginárselo, traía con ella una semilla de esperanza en Ruth, la moabita, mujer virtuosa como la llamaron después y que sentía un amor muy especial por su suegra. Desde el momento en que llegó a Belén se esforzó trabajando para ayudarla y cuidarla con esmero.


Poco tiempo después Ruth se casó con un pariente de Noemí rico y de renombre. Noemí recuperó sus tierras y ganó para sí una hija de la cual nació su nieto, que no solo llenó su corazón de alegría, de deseos de vivir sino también y lo más importante su reconciliación con Dios.


Qué enseñanza nos deja todo esto: que en tiempos de prueba, no debemos correr en ninguna dirección sin buscar el rostro de Dios en oración, pidiendo sabiduría, para después no echarle la culpa a Dios de nuestras malas decisiones.


Pero recuerda que no estás solo, Jesús proveyó al Espíritu Santo que es nuestro Consejero, Ayudador, quien nos enseña cuál es el plan de Dios para cada uno de nosotros y así evitarnos mucho dolor y desaliento.


Oración

Padre Celestial, gracias por enviarnos al Espíritu Santo, que nuestras decisiones nos acerquen más a ti y cumplas tu perfecta voluntad en nuestra vida. En el nombre de Jesús. Amén.


Escrito por Angelina Gómez Corrales para CBN

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Devocionales

“Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas”. Mateo 11:29 (RV60) 

Jesús es el mayor ejemplo de humildad. Siendo Dios no estimó serlo sino que se humilló hasta lo sumo y se hizo siervo para morir en una cruz por nosotros. Su amor y obediencia pagaron el precio por nuestros pecados con un fin, la vida eterna.

¿Qué te parece tal acto de humildad? Por eso, después de tanta humillación y sacrificio fue exaltado por el Padre dándole un nombre que es sobre todo nombre y entregándole en sus manos todas las cosas.

Quién más que Jesús puede decir: “Porque cualquiera que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”. Lucas 14:11 El Espíritu Santo también nos recuerda que si nos humillamos delante del Señor él nos exaltará cuando fuere tiempo.

Hay recompensas para la persona humilde: riquezas, honra y vida. Prov. 2:24 y Dios promete habitar con el humilde de Espíritu. Las escrituras nos exhortan a vestirnos y a revestirnos de humildad porque esto agrada a Dios y nos añade gracia.

Hay ejemplos de hombres que fueron recompensados por tener esta virtud: Daniel un siervo de Dios dotado por entender misterios y nunca se atribuyó los méritos, reconociendo que solo de Dios era el Poder y la Gloria. El hijo pródigo regresó a su casa arrepentido deseando ser como uno de los jornaleros de su padre. María se postró a los pies del maestro necesitada de oír su palabra. Al corazón humilde nunca despreciará Dios.

Oración
Padre Celestial, necesito aprender de Jesús su carácter humilde y manso y acercarme a ti con un corazón sincero, necesitado de tu perdón. Sé que eres el Salvador y Señor de mi vida, hazme una nueva persona y lléname con tu Santo Espíritu en el nombre de Jesús. Amén.

Escrito por Angelina Gómez Corrales para CBN

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Devocionales
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. 1 Corintios 9:24 (RV60)
Al concluir un año más no significa que nuestros proyectos, planes o propósitos se detengan, más bien, es hacer un alto para tomar nuevas fuerzas, recapacitar, planear, mejorar en todo y mirar al cielo en agradecimiento por lo que hemos logrado.

Mejorar nuestra relación con Dios es nuestra prioridad, ya que Él es la fuente de toda provisión y protección. Nuestra sana motivación es mejorar en todo sentido, con la convicción de que Dios nos va a dar la sabiduría y la dirección para lograrlo.

Que nuestros errores pasados, desánimos o fracasos nos impulsen más bien para hacer las cosas con más cuidado y como dice Proverbios 3:6 “Reconócelo en todos tus caminos y Él allanará tus sendas”. (NVI)

Jesús es el ejemplo a seguir, su gran amor y compasión lo llevaron a la cruz para rescatarnos del pecado que nos separaba de Dios, y su gracia y su perdón nos acercaron al propósito por el cual tú y yo estamos aquí.

Si queremos ver la mano de Dios obrando en nuestra vida, démosle prioridad a las metas espirituales como: Pasar tiempo en su presencia, orar y meditar en su Palabra, depositar toda carga y petición delante de Él.

Para lograrlo se requerirá de todo nuestro esfuerzo y perseverancia, con la seguridad de que: “Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece”. Filipenses 4:13

Concluimos en que, si disfrutamos de lo que hacemos y somos agradecidos, Dios añadirá paz y alegría a nuestros días y veremos los frutos deseados.

Oración
Padre Celestial, necesito la guianza del Espíritu Santo para alcanzar mis metas, hacer tu voluntad y que Jesús sea el Señor y Salvador de mi vida. En el nombre de Jesús. Amén

Escrito por Angelina Gómez Corrales para CBN
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Devocionales

“Humillaos pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo”. 1 Pedro 5:6 (RV60)


Para que entendamos qué quiere decir humillarse, vamos a poner como ejemplo al Rey Josías (2 Reyes 22). Siendo un muchacho de dieciocho años y después de reinar diez años, le trajeron la noticia de que, cuando estaban reparando la casa del Señor, encontraron el libro de la ley. Él le pidió al escriba que se lo leyera y mientras escuchaba los juicios que vendrían a causa de la desobediencia en que había caído todo el pueblo, se humilló grandemente pidiendo perdón. No hubo otro rey que se convirtiera al Señor con todo su corazón.


Dios escuchó la oración de Josías y detuvo el juicio en el tiempo que duró su reinado. Además, este rey limpió a Israel de toda idolatría y guió al pueblo a volverse nuevamente al Dios de sus padres.


Tenemos también la historia de Manasés otro rey que gobernó a Israel y cuyo comportamiento fue todo lo contrario, porque fue muy perverso. Después de que un gran ejército lo invadiera, fue llevado cautivo. Estando en gran angustia en la cárcel, se humilló ante Dios pidiendo perdón de todo corazón, fue escuchado y restituido nuevamente a su reino, honrando a Dios el resto de su vida.


Cuando el Señor nos dice que nos humillemos bajo su mano poderosa, quiere decir que sin lugar a dudas habrá resultados a nuestro favor, y ciertamente ocurrirá algo espiritual en los cielos que nos va a bendecir. En 1 Pedro 5: 7 añade: “Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. Debemos confiarle plenamente nuestra vida y esperar, depositando en él nuestros problemas, cargas o circunstancias y confiando que él, nos exaltará cuando fuere tiempo. Mas el que confía en el Señor será exaltado. Proverbios 29:25


Oración

Padre Celestial, hoy te entrego todas mis preocupaciones, toda mi ansiedad y decido confiar y esperar en tu tiempo la respuesta que necesito. En el nombre de Jesús. Amén.

Escrito por Angelina Gómez Corrales para CBN

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