Devocionales

La humildad

“Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas”. Mateo 11:29 (RV60) 

Jesús es el mayor ejemplo de humildad. Siendo Dios no estimó serlo sino que se humilló hasta lo sumo y se hizo siervo para morir en una cruz por nosotros. Su amor y obediencia pagaron el precio por nuestros pecados con un fin, la vida eterna.

¿Qué te parece tal acto de humildad? Por eso, después de tanta humillación y sacrificio fue exaltado por el Padre dándole un nombre que es sobre todo nombre y entregándole en sus manos todas las cosas.

Quién más que Jesús puede decir: “Porque cualquiera que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”. Lucas 14:11 El Espíritu Santo también nos recuerda que si nos humillamos delante del Señor él nos exaltará cuando fuere tiempo.

Hay recompensas para la persona humilde: riquezas, honra y vida. Prov. 2:24 y Dios promete habitar con el humilde de Espíritu. Las escrituras nos exhortan a vestirnos y a revestirnos de humildad porque esto agrada a Dios y nos añade gracia.

Hay ejemplos de hombres que fueron recompensados por tener esta virtud: Daniel un siervo de Dios dotado por entender misterios y nunca se atribuyó los méritos, reconociendo que solo de Dios era el Poder y la Gloria. El hijo pródigo regresó a su casa arrepentido deseando ser como uno de los jornaleros de su padre. María se postró a los pies del maestro necesitada de oír su palabra. Al corazón humilde nunca despreciará Dios.

Oración
Padre Celestial, necesito aprender de Jesús su carácter humilde y manso y acercarme a ti con un corazón sincero, necesitado de tu perdón. Sé que eres el Salvador y Señor de mi vida, hazme una nueva persona y lléname con tu Santo Espíritu en el nombre de Jesús. Amén.

Escrito por Angelina Gómez Corrales para CBN