Devocionales

El arrepentimiento

¨Crea en mí, Oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí¨. Salmo 51-10(RV-60).
David fue un gran rey en Israel, salmista, adorador y con un corazón conforme al de Dios. También sus errores fueron escritos para que aprendamos que las consecuencias no se dejan esperar.

En el tiempo en que los reyes salen a la guerra se quedó descansando y paseando por el palacio, divisó a una mujer muy hermosa que se estaba bañando llamada Betsabé, la mandó a llamar y durmió con ella. Su esposo llamado Urías era un fiel soldado en Israel. Ella quedó embarazada y se lo hizo saber al rey. Poco tiempo después el rey mandó a matar a Urías para ocultar su pecado.

A Dios no le agradó y envió a un profeta a amonestarlo con cuatro consecuencias inevitables.

1. No se apartará jamás de tu casa la espada.
2. Yo haré levantar el mal de tu misma casa. 
3. Tomaré tus mujeres delante de tus ojos y las daré a otro prójimo. 
4. El niño morirá. 
Este pecado de adulterio trajo mucho dolor a dos familias: A Betsabé, que perdió a su esposo y a su hijo, y a la familia de Urías.

David se arrepintió, y en ayuno se presentó a la Casa de Dios pidiendo perdón.

Aprendemos que David, cuando se fijó en Betsabé, no estaba en el lugar correcto ni en el momento apropiado. Dios nos ha guardado muchas veces y es necesario que seamos diligentes en nuestra comunión con Dios y no perdamos en un descuido el gozo de nuestra salvación que es un tesoro.

Corramos al Señor cuando fallemos y no endurezcamos nuestro corazón, de lo contrario, las consecuencias siempre nos alcanzarán.

“Él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad”. 1ª Juan 1:9

Oración: Señor ayúdame a cuidar mi salvación con temor y reverencia.

Escrito por Angelina Gomez para CBN