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Devocionales
Hace unas semanas platicaba con una amiga sobre las manifestaciones del Día de la Mujer en México. Sin duda son una serie de hechos controvertidos y muchas veces muy violentos en mi país. Se convierte más en una demostración de fuerzas que en una petición de reconocimiento de derechos, que cabe señalar, Dios concedió hace muchos siglos.

El mundo nos ha hecho creer que ser débil es malo, y más aún ser mujer y ser débil puede parecer peor. Por eso, últimamente, hemos visto tantos movimientos sociales que quieren “empoderar” a las mujeres, perdiendo de vista el plan original de Dios que es diferente en el buen sentido. A los ojos de Dios, somos igual de valiosos “…Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús.” (Gálatas 3:28 NVI) Sin embargo, con un propósito especial, no porque seamos mujeres, sino porque ese es Su plan por diseño.

Entonces, pensar que soy débil (físicamente) no es algo que me afecte, más bien trato todos los días de recordar que Dios me ha dotado de la capacidad de decir no a lo que está mal, y decir sí a lo que está bien y por lo tanto vivo mi vida conscientemente para Su gloria. Satanás es el maestro de la manipulación y utiliza las circunstancias. Sabe que, si logra desviar mis pensamientos, con el tiempo logrará desviar mi vida. Entonces, con determinación, someto mi mente a la de Cristo, para que todos mis pensamientos tengan Su toque. Muchas veces hago un ejercicio de sinceridad ante Dios y le pido que me examine y me muestre lo que debo hacer y me gustaría compartirlo contigo.

Pon en práctica la Palabra de Dios, así a la larga toda tu vida será fortalecida en Dios y no dependerá de tus propias fuerzas. Más bien, dependerá de la fuerza de Dios. Todo lo que tenemos y somos proviene de Él, así que aferremonos a Aquel que creó los cielos y la tierra, para cumplir con determinación todo lo que nos ha mandado. Para mí es importante el darme cuenta de que todo lo que vivo es para Dios, por Dios y para Dios. Él me creó y me rodeo de más personas con la misma misión: difundir la Gloria de Dios en esta tierra y es por eso que sirvo con tanta gratitud en CBN. Desde un teléfono podemos hacer misiones, también podemos ser las manos de Dios con cada ayuda que entregamos y somos la voz de Dios en cada palabra de aliento que comparten nuestros donantes. Qué privilegio ser considerado para la obra perfecta de Dios y, sin embargo, ser débil.

Acepto con gusto que soy débil, que no tengo el control de nada, y pido a Dios que me permita verlo obrar. Fortalezcámonos, pues, en el gran poder de Dios, porque el Señor nos acompañará dondequiera que vayamos. En su Palabra, Jesús promete: “Todos los que vinieron antes de mí eran unos ladrones y unos bandidos, pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo. Se moverá con entera libertad, y hallará pastos.” (Juan 10:8,9 NVI). Su poder es evidente en mi debilidad, por lo que cualquiera de nosotros puede decir con alegría ahora: ¡Soy débil y Dios lo sabe!

¿Puede Dios cambiar tu vida?

Dios ha hecho posible que lo conozcas y experimentes un cambio asombroso en tu propia vida. Descubre cómo puedes encontrar la paz con Dios. También puedes enviarnos tus peticiones de oración.

Alentamos a los usuarios que deseen comentar sobre nuestro material a hacerlo a través de nuestra página de Facebook de CBN.


Autora: Ana Paola Romero; Gerente de Oficina, CBN México

Durante los últimos 10 años, Ana Pao Romero ha coordinado la recaudación de fondos y la atención de donantes para CBN México, el Centro de Consejería y Oración y actualmente es Gerente de Oficina. Junto con su esposo también pastorean una iglesia en el área metropolitana de la Ciudad de México. Lo que más ama es la gracia de Dios, por eso no se cansa de compartirla con quienes la rodean y de creer en su poder transformador.

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Devocionales

“Conduciré a los ciegos por caminos desconocidos…” Isaías 42:16. 


Es sabio tener planes para el futuro; tener sueños y deseos es parte de lo que mantiene al mundo caminando hacia delante. Todos estamos en la posición que tenemos por decisiones que hemos hecho.
 

  

La noticia emocionante es que podemos seguir creciendo aún más con la ayuda de Dios. Conforme vamos por el camino de la vida, no deberíamos preocuparnos por dónde vamos, sino por a quién estamos siguiendo. 


Prefiero seguir la dirección de Dios que alejarme por mi propio camino y caer. Cuando no estoy seguro de cuál es el camino correcto, Dios ilumina el paso. Encuentro paz en las palabras que Dios habló por medio del profeta Isaías:
 


“Conduciré a los ciegos por caminos desconocidos, los guiaré por senderos inexplorados; ante ellos convertiré en luz las tinieblas, y allanaré los lugares escabrosos. Esto haré, y no los abandonaré.” (Isaías 42:16)
 


Cuando caminamos en la oscuridad, tener un foco es útil; de lo contrario, podríamos golpearnos y caer. Pero al seguir la luz, cada obstáculo se hace visible. La Palabra de Dios es como esa luz que nos guía. Salmos 119:105 dice: “Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero”, y Jeremías 33:3 nos dice cómo recibir claridad espiritual: “Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes.”
 


Tú y yo nos podemos sentar a conversar de planes futuros, pero la clave para abrir las puertas de oportunidad no es la conversación sino la oración. Las Escrituras son mi fundamento y lo que me ayuda a ver por dónde quiere Dios que vaya como respuesta a mi oración.
 


¿Hacia dónde sientes que el Señor te guía? ¿Estás inseguro sobre el camino en que andas? Toma tu Biblia, que es la Palabra de Dios como tu mapa. Obedece lo que sale dentro de sus páginas y también serás exitoso.
 


Como dice Josué 1:8: “Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito.”
 


Oración
 
Señor, gracias por enseñarme a confiar en ti, por dejar tu Palabra como guía para mi camino. Enséñame a encontrar en ella las respuestas que necesito en este momento. En el nombre de Jesús, amén. 

Escrito por Byron Bohnert. Escritor invitado. 

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Devocionales

“Así que pongan sus preocupaciones en las manos de Dios, pues Él tiene cuidado de ustedes.” -1 Pedro 5:7

 

La vida del cristiano es bastante difícil. No sólo tienes que luchar contra el pecado y mantener tu vida en santidad, sino que como cualquier otra persona cristiana o no, también vas a sufrir enfermedades, angustias, y afrontar problemas económicos y familiares, entre otros. Sin embargo, a pesar de estas situaciones Dios promete que cuidará de ti.

 

Dios se interesa por ti, Él no sólo puede cumplir tus deseos, sino que quiere demostrarte cuánto le importas.

 

Dios se alegra de que seas parte de su pueblo. La Biblia lo dice así: Pero ustedes son miembros de la familia de Dios, son sacerdotes al servicio del Rey, y son su pueblo. Dios mismo los sacó de la oscuridad del pecado, y los hizo entrar en su luz maravillosa”. (1Pedro 2:9)

 

La Biblia también muestra que Dios siempre estuvo al cuidado de sus hijos. Protegió a Noé, a Abraham, a Isaac y a muchos otros.

 

A pesar de las dificultades, Dios está pendiente de ti y no quiere que te afanes.

 

“Miren a los cuervos –dice el libro de Lucas 12:24- no siembran ni cosechan, ni tienen graneros para guardar las semillas. Sin embargo, Dios les da de comer. ¡Recuerden que ustedes son más importantes que las aves!”

 

Aunque tengas problemas y las circunstancias alrededor no marchen bien, ten paz en el Señor y confía en Él. Dios tiene el control de todo y estará contigo todos los días de tu vida.

 

Oración
Señor, gracias por este hermoso día que me regalas y porque puedo tener seguridad de que por donde camine, Tú estarás a mi lado. Dejo mis problemas en tus manos y confío en tu palabra porque sé que cuidaras de mí. En el nombre de Jesús, amén.

Escrito por Esther Baldelomar para CBN

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Devocionales

“Humillaos pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo”. 1 Pedro 5:6 (RV60)


Para que entendamos qué quiere decir humillarse, vamos a poner como ejemplo al Rey Josías (2 Reyes 22). Siendo un muchacho de dieciocho años y después de reinar diez años, le trajeron la noticia de que, cuando estaban reparando la casa del Señor, encontraron el libro de la ley. Él le pidió al escriba que se lo leyera y mientras escuchaba los juicios que vendrían a causa de la desobediencia en que había caído todo el pueblo, se humilló grandemente pidiendo perdón. No hubo otro rey que se convirtiera al Señor con todo su corazón.


Dios escuchó la oración de Josías y detuvo el juicio en el tiempo que duró su reinado. Además, este rey limpió a Israel de toda idolatría y guió al pueblo a volverse nuevamente al Dios de sus padres.


Tenemos también la historia de Manasés otro rey que gobernó a Israel y cuyo comportamiento fue todo lo contrario, porque fue muy perverso. Después de que un gran ejército lo invadiera, fue llevado cautivo. Estando en gran angustia en la cárcel, se humilló ante Dios pidiendo perdón de todo corazón, fue escuchado y restituido nuevamente a su reino, honrando a Dios el resto de su vida.


Cuando el Señor nos dice que nos humillemos bajo su mano poderosa, quiere decir que sin lugar a dudas habrá resultados a nuestro favor, y ciertamente ocurrirá algo espiritual en los cielos que nos va a bendecir. En 1 Pedro 5: 7 añade: “Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. Debemos confiarle plenamente nuestra vida y esperar, depositando en él nuestros problemas, cargas o circunstancias y confiando que él, nos exaltará cuando fuere tiempo. Mas el que confía en el Señor será exaltado. Proverbios 29:25


Oración

Padre Celestial, hoy te entrego todas mis preocupaciones, toda mi ansiedad y decido confiar y esperar en tu tiempo la respuesta que necesito. En el nombre de Jesús. Amén.

Escrito por Angelina Gómez Corrales para CBN

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Devocionales

No bajé del cielo para hacer lo que yo quiera, sino para obedecer a Dios mi Padre, pues él fue quien me envió. Juan 6:38


Cuando Jesús vino a la tierra, Él tenía claro su propósito en la vida, que era hacer la perfecta voluntad de Dios. Además se preocupaba por terminar el trabajo de Dios por medio de su vida y ministerio.

 

“Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Juzgo según el Padre me ordena, y mi juicio es justo, pues no trato de hacer mi voluntad sino la voluntad del Padre, que me ha enviado”. Juan 5:30


¿Alguna vez te has sentido confundido porque no sabes cual decisión tomar? ¿Sin saber cuál camino escoger por miedo a equivocarte? Al estar en los momentos de confusión le has preguntado a Dios ¿qué es lo que Él quiere para ti? Los principios de la Biblia pueden ayudarte a llegar a una buena decisión y además confiaras en que Dios te está respaldando.


Cuando necesitas una luz, lo primero que haces es buscar el interruptor, lo mismo ocurre cuando necesitas una respuesta, debes buscar la Biblia.


La exposición de tus palabras imparte luz; da entendimiento a los sencillos.
 Salmo 119:130.


Dedica un tiempo para estudiar los principios y preceptos, así dejarás que Dios ilumine tu situación.


Dios puede hablarte por medio de una persona, pensamientos o por situaciones. Para que estés realmente seguro que escuchaste la voz de Dios, confirma que tu decisión este de acuerdo con los principios de la Palabra.


Muchas veces es necesario que pidas algún consejo sabio, un verdadero amigo ayudara a ver tus verdaderas intenciones. Además no te dirá lo que quieras escuchar, si no lo que realmente necesitas, aun cuando duela. En el momento puedes sentir dolor, pero la consejería puede evitar un desastre.


Las dudas no significan que estás fuera de la voluntad de Dios, debes seguir adelante y basar tu confianza en la decisión de Dios.


Oración

Señor, gracias por tu hermosa palabra. Hoy pongo en tus manos mis decisiones, ayúdame siempre a hacer tu voluntad y a poner mi confianza solo en ti; en el nombre de Jesús, amén.

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“Aunque no den higos la higueras, ni den uvas las viñas, ni aceitunas lo olivos; aunque no haya en nuestros campos nada qué cosechar; aunque no tengamos vacas ni ovejas, siempre te alabaré con alegría porque tú eres mi salvador”. Habacuc 3:17-18 (Traducción en Lenguaje Actual)

Siempre viene a mi mente a ministrarme cuando las papas se me queman, cuando el panorama se vuelve incierto, cuando las cosas me salen mal, cuando las cuentas se vuelven impagables, porque lo único que hago es pagar y pagar y no veo el fruto de mi trabajo y pienso en cómo emplearlo en algo más productivo.

Cuando las enfermedades tocan la puerta de mi hogar, cuando en el trabajo me dijeron hasta aquí no más, hoy es el último día de trabajo y me quedé sin chamba y lo peor es que no consigo otro trabajo, o cuando el dueño de lo ajeno se lleva lo que no le pertenece y roba el esfuerzo de mi trabajo, a todo esto se suma cuando la división invade mi hogar, los pleitos son el pan de cada día, los insultos se levantan como dardos encendidos; cuando el adulterio invade mi hogar o mi hijo es un drogadicto y lo veo cada día más atado al vicio.

Es como si se hubiera congelado en un espejo mi vida, es como cuando la computadora se detiene y no avanza ni para atrás ni para adelante.

En la mayoría de veces, en la búsqueda de la solución a nuestros problemas no acudimos a Dios, sino al adivino, al que lee las cartas, leemos el tarot y caemos en pecado del agorismo, o consultamos al compadre o a la comadre… y cada vez nuestros problemas se agudizan más.

Nos hundimos en la desesperación y la angustia y pensamos que no hay salida a nuestros problemas. Pero en Cristo Jesús siempre hay salida y esperanza. En Juan 3:16 dice “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna, porque no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él”.

En Cristo tenemos el perdón de nuestros pecados, tal como leemos en 1 Juan 1:9: “Si confesamos nuestros pecaos, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. Dios es un hacedor de cosas nuevas, Él las hace las desde el momento en que nosotros decidimos creer en nuestro corazón y confesar con nuestros labios que Él es nuestro Señor y Salvador.

Lo nuevo que hace Dios es poner esperanza y paz en nuestros corazones en medio de las circunstancias. Entonces podemos decir como Habacuc que aunque no pase nada en mi vida, aunque la pobreza y la escasez hayan tocado la puerta de mi casa y nada de lo que emprenda se realice, con todo, yo me alegraré y me gozaré en el Dios de mi salvación, porque Dios siempre llega a tiempo para ayudarnos a salir de toda circunstancia adversa.

Oración
Perdóname Dios por mi pecado, por no haber corrido a ti en mis momentos de pruebas y desesperación. Señor yo me acerco a ti ahora y te hago el señor de mi vida y de todas mis circunstancias. Gracias por la fe y la esperanza que pones en mi corazón. En el nombre de Jesús. Amén.

Escrito por Elena Mesías para CBN
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