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Devocionales

En momentos donde el mundo cuestiona dónde está Dios si la vida parece ir de mal en peor. ¿Qué pasaría si pudiéramos hablar directamente con Él, teniendo Su número de WhatsApp?

 

¿Tendríamos la verificación azul activada o no? ¿Para qué le contactaríamos? ¿Le llamaríamos o hablaríamos con Él con mensajes kilométricos o quizás serían mensajes de voz cortos?

 

La oración es mucho más que una comunicación instantánea. La Biblia está llena de ejemplos que no dejan duda que Dios quiere compartir y comunicarse con nosotros, no solo hablar de vez en cuando. Y para que haya comunicación, según lo que aprendimos en la escuela, se necesitan como mínimo 2 partes, un emisor y un receptor. ¿Por qué? Porque no puedes tener una relación a menos de que haya un dialogo genuino.


¿Cómo conocemos a las personas? Comunicándonos con ellos. Al hablarles y también al escucharles. Es lo mismo en nuestra relación con Dios. Él habla, nosotros escuchamos. Nosotros hablamos, él oye. Y lo mejor de todo es que podemos tener un acceso sin límites ni fronteras, Hebreos 10:19-20 no los deja claro:

 

Entonces, hermanos, podemos entrar con toda libertad al Lugar Santísimo gracias a la sangre que Jesús derramó. Jesús abrió un camino nuevo para nosotros a través de la cortina. Él mismo es ese camino nuevo y vivo. Es decir, lo abrió ofreciendo su propio cuerpo como sacrificio.

 

Lo mejor de todo, es que Dios no solo quiere hablarnos, quiere que nos vaya bien en la vida, eso dice Jeremías 29:11

 

Sé muy bien lo que tengo planeado para ustedes, dice el SEÑOR, son planes para su bienestar, no para su mal. Son planes de darles un futuro y una esperanza.

 

Pero por mucho tiempo hemos visto a la oración cómo el número de emergencias 911, como la receta o genio de la lampará, e incluso como un monologo, cuando realmente es un diálogo.

 

La parte más difícil de oír a Dios es el hecho que toma tiempo aprender a diferenciar Su voz de las demás que nos rodean, y se requiere de humildad en nuestro corazón. Jeremías 29:12-13 dice: “Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé. Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo corazón”.

 

Oír Su voz tiene que ver con estar en sintonía con Él, en conocerle. Pasa como con los buenos amigos, tanto tiempo han pasado juntos que no hace falta decir frases completas e incluso no decir mucho, solo con unas miradas o la entonación de la voz y ya sabemos que quiere decir el otro; aunque seamos diferentes llegamos a entendernos bien.

 

Dios ordena nuestros pasos cuando estamos conectados con Él, y aun cuando lo estropeamos, si realmente queremos hacer Su voluntad, Él nos levantará y abrirá el camino.

 

Nuestro Dios no está sordo, Él escucha lo que le decimos y lo que no también, la Biblia dice que el Espíritu Santo lleva a Dios nuestras peticiones y oraciones con gemidos indecibles, o sea aun lo que está en lo más profundo nuestro y no le hemos dicho a nadie.

 

Así que ánimo puedes orar confiadamente a Dios sabiendo que Él te escuchará, pero no olvides prepararte también para escucharle de vuelta y sobre todo obedecer Su palabra en tu vida. Él quiere tener una relación contigo, no solo una conversación.

 

Oremos: Señor, sé que muchas veces he orado, solo esperando que me respondas, cuando en realidad quieres tener una conversación conmigo, ayúdame a tener la mejor actitud y a ser sensible a tu voz, ¡Habla, que tu siervo escucha! Amén.

 


 

¿Puede Dios cambiar tu vida? 

Dios ha hecho posible que lo conozcas y experimentes un cambio asombroso en tu propia vida. Descubre cómo puedes encontrar la paz con Dios. También puedes enviarnos tus peticiones de oración. 

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Devocionales

Nunca te dejaré desamparado. Hebreos 13:5

 

En tu relación con Dios algunas veces puedes sentir que no estás cerca de Él. El punto de adoración más profundo es cuando alabas al Señor en medio de tu dolor, también cuando le agradeces por una prueba, cuando confías en Él durante una tentación, cuando aceptas el sufrimiento y lo amas aunque parezca distante.

 

La amistad se prueba con el distanciamiento y el silencio; esto quiere decir que Dios promete que jamás te dejará; sin embargo, no promete que siempre sentirás su presencia.

 

En algunos momentos Dios se ocultará de ti, parecerá como si Él desapareciera completamente de tu vida. Este es un proceso normal de la maduración y la prueba de tu amistad con Dios.  Todos los cristianos pasan por esta situación, una o varias veces. Es bastante dolorosa y desconcertante, pero es vital para que tu fe crezca.

 

Recuerda que la omnipresencia de Dios y la demostración de su presencia son dos cosas muy distintas. Una se basa en un hecho y la otra en un sentimiento. El Señor siempre está presente aunque no te des cuenta y su presencia es muy profunda para medirla con emociones.

 

Realmente, Dios quiere que sientas su presencia, pero es más importante que confíes en Él aunque no lo sientas. A Dios le agrada tu fe, no los sentimientos.

 

Oración: Amado Padre, gracias porque sé que escuchas mi oración y jamás me abandonas. Ayúdame a confiar plenamente en ti, a dejar todas mis aflicciones en tus manos. Guíame para entender que trabajas en mi vida cuando siento que no estás, en el nombre de Jesús, amén.

 


 

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Devocionales

Después de pasar por una serie de agotadoras semanas, sintiéndome no amado y con necesidad de consuelo, le dije llorando al Señor, “Se que dijiste que me amabas, pero no comprendo que me amas. Dios, ayúdame a entender que verdaderamente me amas.” Estaba desesperado por comprender este simple concepto que seguía confundiéndome. 


Desde mi perspectiva intelectual, yo sabía que Dios me amaba. Sabía que estaría contento conmigo cuando hiciera las cosas bien y que, de alguna manera, me toleraría cuando hiciera las cosas mal. Pero, aun así, no lograba entender ese amor incondicional que la Biblia dice define a mi Señor y Salvador, esa clase de amor sin condiciones, del que no depende de un buen comportamiento o de calificaciones perfectas.
 


Durante una semana ore por esto, en la ida al trabajo y en el regreso. Luego un día en particular, volví a casa muy preocupado. Trataba de sacar los comestibles del carro y de mantenerme amable con mi vecina Tiffany y su hijo de 4 años Jaelon, que iban saliendo.
 


Y luego sucedió.
 


Luego de varios viajes a casa, finalmente deje todas las compras. Mientras estaba de pie frente a la puerta, oí al pequeño Jaelon preguntarme en su dulce voz, “¿Te puedo dar un abrazo?”
 


Me quede atónito que un niño que ni mi nombre sabía, con el que nunca había pasado tiempo en casa, que había pasado día con día y ni siquiera un “hola” le había dicho; quisiera abrazarme. Quien era yo para merecer ese abrazo.
 


A pesar de mi duda inicial, muy en mis adentros me sentí emocionado. ¡En realidad no podía esperar para recibir ese abrazo! Puse mis compras en el suelo, camine hacia el pequeño niño, me arrodille, y recibí la maravillosa bendición de Dios.
 


Era tan simple, pero al mismo tiempo un acto tan puro de amor. Un abrazo de un niño pequeño– sin pretensiones, sin motivos ocultos. Solo un chico que veía un adulto preocupado, y vio en un abrazo la solución para hacerlo sentir mejor.
 


El chico estaba en lo correcto. Apenas podía contener las lágrimas de alegría mientras contemplaba este pequeño acto de aceptación. Me di cuenta de que Dios había contestado mi oración de la manera más tangible y personal.
 


Si necesita Su caricia, como yo, pídale al Señor que se muestre a usted. Y luego, espere expectante a que el extienda sus brazos para traerle confort, seguridad y provisión.
 


“Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación.” 2 Corintios 1:3
 

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Devocionales

4 de julio de 1776: Trece colonias americanas declararon su independencia de Gran Bretaña, desencadenando la guerra necesaria para obtener esa libertad. De la misma manera, cuando declaramos nuestra independencia de Dios, nos ponemos en guerra con él. ¿Quién puede negociar la paz? 

   

¡Escuchar! El SEÑOR no es demasiado débil para salvarte, y no se está volviendo sordo. Él puede oírte cuando llamas. Pero hay un problema: tus pecados te han separado de Dios. A causa de tu pecado, él se ha apartado y no te escuchará más. Isaías 59:1-2 

  

Él fue herido y molido por nuestros pecados. Fue azotado para que tuviéramos paz. ¡Él fue azotado, y nosotros fuimos sanados! Todos nosotros nos hemos descarriado como ovejas. Hemos dejado los caminos de Dios para seguir los nuestros. Sin embargo, el SEÑOR cargó en él la culpa y el pecado de todos nosotros. Isaías 53:5-6 

  

Jesús puede terminar tu guerra y traerte paz con Dios. Pídele que lo haga. Agradécele por tomar tu castigo por el pecado y la independencia de Dios. Pídele a Dios que te dé su paz hoy. Nosotros te escuchamos, si quieres que oremos por ti visita: https://www.cbnlatino.com/hablemos 

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Devocionales

Gracias a Dios, el reino que él nos da no puede ser movido. Por eso debemos adorar a Dios con el amor y la honra que a él le gusta recibir. Hebreos 12:28

La adoración que le agrada a Dios se basa en la Biblia; en la verdad de la palabra, no en tu opinión acerca de quién es el Señor.


Dios se agrada con la adoración que brota del corazón, La Biblia muestra en Marcos 12:30, que debes amar al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.


Dios te hizo a su imagen y diseñó tu espíritu para que puedas comunicarte con Él. A el Señor le agrada que reflexiones y medites en su palabra mientras le adoras, también le gusta que tu adoración sea con sacrificio.


Para lograr una verdadera adoración debes de pagar un precio. Cuando adoras con un corazón sincero sacrificas tu egocentrismo. No puedes exaltar a Dios cuando también te exaltas al mismo tiempo; tampoco tienes que adorar para impresionar a los demás. Solo debes enfocarte en Dios, Él es el único que se merece la gloria y la honra.


Jesús dijo: “ama a Dios con todas tus fuerzas”, esto significa que tu adoración requiere de tu esfuerzo y parte de tus energías. En ocasiones tu adoración será un acto de voluntad; un sacrificio de buena voluntad.


Siempre recuerda que a Dios le agrada que le adores continuamente todos los días. Tu alabanza debes ser lo primero que haces al despertar y lo último al descansar en la noche. La adoración no debe ser parte de tu vida, debe ser tu vida.


Oración

Señor Jesucristo, gracias por tu amor y tu misericordia. Dame un corazón sincero para adorarte y alabarte todos los días de mi vida. Hoy quiero ofrecerte todas mis actividades para que se conviertan en actos de adoración a ti, en el nombre de Jesús, amén.

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