POSTS
SEARCH
Your address will show here +12 34 56 78
Devocionales

“Porque Él hiere, pero venda la herida; golpea, pero trae alivio”.  Job 5:18 (NVI) 


Mi padre cogió el largo y delgado bisturí del mostrador, sacó lentamente la navaja afilada y la dirigió hacia mi mano. Tiré con fuerza, mis venas palpitaban, pero no me soltó.
 

 

Miró fijamente a mis ojos y dijo: -“Tienes que permanecer inmóvil. Todo pasará en un minuto”. 


Clavé mis uñas en su piel, tratando desesperadamente de hacer palanca con el puño abierto de mi mano libre. Sin embargo, sus dedos eran como de hierro. A medida que su hoja afilada y fría atravesó mi piel, grité y me tiré en el suelo. La sangre brotaba en mi muñeca. Soltó mi mano.
 


– “Hubiera sido mucho menos doloroso, si te hubieras mantenido tranquilo y hubieses confiado en mi”, me respondió.
 


Él estaba en lo correcto. Mi papá era un cirujano, había salvado muchas vidas y curado muchas heridas… mucho peores que la mía. De hecho, papá tenía razón en muchas cosas que siempre me decía.
 


Todo mi dolor y el sufrimiento por la herida que él estaba curando pudieron haberse evitado si yo hubiera simplemente confiado y obedecido.
 


En la vida, todos actuamos así en muchos momentos; de hecho, cuando no confiamos y obedecemos las advertencias de nuestro Padre Celestial, nos arriesgamos a sufrir más de lo necesario.
 


Él nunca nos dañará, y cuando deba cortar algo aún en nuestro corazón y nuestra vida, sabrá sanar las heridas.
 


Oración
 

Señor, enséñame a confiar en ti. Ayúdame para que la duda y la desesperación no se alojen en mi vida y me lleven a decisiones equivocadas. En el nombre de Jesús, amén. 


Escrito por Kathy Thomas, para CBN.
 


 

¿Puede Dios cambiar tu vida? 

Dios ha hecho posible que lo conozcas y experimentes un cambio asombroso en tu propia vida. Descubre cómo puedes encontrar la paz con Dios. También puedes enviarnos tus peticiones de oración. 

Alentamos a los usuarios que deseen comentar sobre nuestro material a hacerlo a través de nuestra página de Facebook de CBN. 

0

Devocionales

“Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos (…) Vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios”. Deuteronomio 28:1-2

 

Este pasaje fue dicho al pueblo de Dios, hace mucho tiempo, y serviría de recordatorio para nosotros también hoy. Este pasaje fue dicho para todos aquellos que anhelan recibir las bendiciones de Dios.

 

Con seguridad tanto tu como yo anhelamos esas bendiciones. ¿Verdad? Aquí se nos dice que para recibirlas debemos hacer algo previo pero fundamental: Oír la voz de Dios, guardar y poner por obra todos sus mandamientos.

 

Muchos oyen lo que Dios dice, pero no lo guardan en su corazón y por cierto, tampoco lo practican.

 

La clave para recibir “todas estas bendiciones”, es la disposición de obedecer todo lo que Dios nos dice en Su Palabra. Cuando lo hacemos, la obediencia atrae la bendición. Es como el imán con el metal.

 

Note que el pasaje expresa que las bendiciones vendrán y “nos alcanzarán”. Esta expresión pareciera decirnos que es probable que veamos las bendiciones alrededor nuestro pero, debido a nuestra falta de obediencia, ellas sigan de largo su camino en busca de un corazón obediente para derramarse.

 

Los cristianos no corremos detrás de las bendiciones, sino que las bendiciones nos alcanzan ¿Por qué? Porque somos un pueblo obediente al Señor.

 

ORACION:

Señor, no quiero que tus bendiciones pasen a mi lado y sigan su camino pues sí las necesito. Dame la fuerza de tu presencia para dejar mi desobediencia y ser un cristiano obediente, que atraiga a mi vida cada una y todas tus preciosas bendiciones. En el nombre de Jesús. Amén.

Escrito por Elena Mesías para CBN

0

Devocionales

“…al que ordenare su camino, le mostraré la salvación de Dios”. Salmo 50:23

No hay nada tan emocionante como un nuevo comienzo. Existe un “qué se yo” sobre iniciar un capítulo de la vida. Se siente tan bien, cuando podemos disfrutar la anticipación de empezar con algo nuevo.

Sí, todo está bien y la vida es buena… hasta el momento en que nos percatamos que… “¡Espere un minuto! Eso me parece muy familiar. ¿Ya estuve aquí antes? De hecho, reconozco este lugar. Definitivamente, esas son mis pisadas en este camino familiar. ¿Cómo así? Estoy de regreso en el sitio donde comencé. ¡No lo puedo creer! ¡He dado vueltas una y otra vez!”

Recientemente tuve un encuentro así. Mi amigo, Jesús, me mostró cómo estaba actuando. Entendí cómo inocentemente había adquirido el mal hábito de “engancharme” de algo y siempre querer empezar otra vez. Esa era la respuesta a mis problemas. Seguía cayendo en la trampa de decirme a mí misma que podría empezar de nuevo mañana, o mejor aún, el próximo lunes. Esto se había convertido en mi canción lema.

Una vez escuché a un hombre respetado predicar sobre “La palabra más peligrosa del universo”. Presté atención con enormes deseos de conocer cuál era esa palabra. ¡Era “mañana”! ¿Cómo así? Él explicó cómo podemos discretamente posponer hacer la voluntad de Dios en nuestras vidas con un “inocente” pensamiento de que mañana será otro día, en lugar de ser obedientes hoy mismo.

Ese fue un momento clave, donde tuve que arrepentirme sinceramente. Entonces, oré entregándole mi vida a quien me ama lo suficiente para corregir mis pasos.

Tu oración

Señor, sé que eres muy bueno y me tienes mucha paciencia. Perdona mi pecado, mi desobediencia y mis malas actitudes. Muéstrame tu misericordia y permite que haya paz en mi corazón. En el nombre de Jesús. Amén.

Missey Butler escritora invitada para CBN

0

Devocionales

¿Alguna vez has tratado de cambiar algo de tu vida? Tal vez viste algo impactante: un sermón, un testimonio, una nueva perspectiva y decidiste ser una mejor persona, adoptar un nuevo enfoque o cambiar algo sobre tu persona. Entonces, te lo propusiste comenzaste, la mentalidad cambió y, aunque el cambio podría durar un día, una semana o incluso un mes, en algún lugar a lo largo del camino del cambio, volvemos a la vieja costumbre, la vieja actitud o el viejo comportamiento.

 

¿Porqué pasa eso? Bueno, en su libro “Tú eres lo que amas”, el profesor James K. A. Smith sugiere que es porque no hacemos un cambio duradero con nuestras cabezas, sino que lo hacemos con nuestros corazones. Somos criaturas que vivimos de nuestros corazones, de nuestros deseos y necesidades más profundas, y son esas cosas las que tienen que cambiar para que nuestro comportamiento cambie.

 

Sus ideas son convincentemente bíblicas. Después de todo, Proverbios 4:23 nos anima a “protege tu corazón, porque de ahí fluyen los manantiales de la vida”. ¡Ese verso no es solo para adolescentes que están considerando salir con alguien! Es verdad para todos los seres humanos; como nuestros corazones sienten, así lo hacemos.

 

“Cuando amamos correctamente… nuestro comportamiento cambia. La fe y la obediencia fluyen del amor: Dios nos ama y nosotros amamos a Dios “.

 

Piénsalo, no solo hacemos cosas porque creemos que son buenas; sentimos placer en la búsqueda de personas y el placer es una cosa sincera. Por ejemplo, sé en mi mente que gastar dinero en cosas bonitas en lugar de saldar una deuda o ahorrar  no es la mejor decisión, pero hay un impulso emocional hacia cosas que a menudo son mucho más fuertes.

 

En el Salmo 119, David está reflexionando sobre la Palabra de Dios. Ahora, cuando pensamos en la Palabra de Dios, a menudo pensamos en palabras como “creer” y “obedecer” y “confiar”, todas las posturas que debemos tomar. Sin embargo, más que cualquiera de esos, David sigue diciendo que ama la palabra de Dios; de hecho, ¡lo dice 10 veces!

 

“¡Oh, cómo amo tu ley! Es mi meditación todo el día.” Salmo 119:97

 

Jesús mismo afirma este enfoque de la vida. Su gran mandamiento es que debemos “amar al Señor nuestro Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza”. ¿Por qué eligió decir amor? Porque es cuando amamos correctamente que nuestro comportamiento cambia. La fe y la obediencia fluyen del amor: Dios nos ama y nosotros amamos a Dios.

 

Pregúntese; ¿Qué ama? ¿Qué es lo que realmente quieres, lo que realmente deseas? Es solo cuando sabemos la respuesta que realmente podemos comenzar a cambiar.

 

Escrito por Fin Sheridan para CBN

0