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Devocionales

Crea en mi, Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mi!”  Salmo 51:10 


¿Cuántos tienen un cuarto lleno de cosas que hace más de tres meses no ocupan, que sólo estorban, acumulan polvo pero que no las tiramos porque pensamos que algún día las volveremos a utilizar?
 

 

Así pasa en nuestro corazón, vamos acumulado raíces de amargura con cada envidia, chisme, contienda, maldad, frustración, amargura, odio, rencor, resentimiento, duda, desconfianza, falta de perdón, ego, soberbia, infidelidad… y los acumulamos pensando que son útiles para la vida cotidiana o que algún día volverán a servir, y los encontramos ocupando el espacio de las cosas que realmente tienen valor y que tienen que permanecer. 


Es necesario limpiar nuestro corazón a profundidad y “no por encimita”. No tiene sentido resistirnos a la limpieza, porque lo que hacemos es resistirnos a todo lo que realmente vale la pena disfrutar, al amor, la restauración, la paz, el gozo, la libertad, la sanidad, el perdón y a todas las promesas de Dios.
 


Dios está dispuesto a limpiar nuestro corazón, decídete a tomarle la palabra. Dios está dispuesto a entregarte todo lo que Él ya prometió, sólo está en ti estar dispuesto a recibirlo.
 


Quita, sacude, barre, tira todos los tiliches de tu corazón y te aseguro que no necesitarás alas para sentirte ligero.
 

Oración: 
Dios, delante de ti no podemos ocultar nada, te pido que examines mi corazón y me muestres qué es lo que no me deja ser lo que tu planeaste. Tomo tus promesas, las hago mías y me dispongo a ser diferente. En el dulce nombre de Cristo Jesús. Amén. 

Escrito por Ana Paola Romero para CBN 



¿Puede Dios cambiar tu vida?
 

Dios ha hecho posible que lo conozcas y experimentes un cambio asombroso en tu propia vida. Descubre cómo puedes encontrar la paz con Dios. También puedes enviarnos tus peticiones de oración. 

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Devocionales

Caminando por un frondoso bosque, escuchando el canto de los pájaros, el sonido de las aguas y sintiendo la suave caricia de los reflejos del sol en mi rostro, medito en el amor. Pero ¿qué es el amor? Algunos dicen que es un sentimiento vivo, deseando todo lo bueno, algo intenso, no palpable, pero perceptible.

 

Increíblemente, todo el mundo necesita esa manifestación de amor. Dios es la esencia del amor, puro y perfecto, con los más grandes actos de entrega y bondad sin límites, todo lo cual la mente humana no logra medir en su plenitud. Es de ahí que la respuesta a lo que es el amor; ¡Jesús es el Dios del amor!

 

A él no le importa de qué camino pecaminoso vengas, cuántas veces tus pies hayan resbalado o qué tan sucia esté tu ropa. La Biblia habla de una mujer que tenía fama de pecadora. Ella sabía que Jesús estaba en casa del fariseo, y ella se presentó en necesidad, se arrojó a sus pies y lloró. Jesús perdonó sus pecados, dándole una nueva oportunidad. El Apóstol Pablo también enfatiza en limpiarse y salvarse para presentarse ante Jesús; teniendo cuidado del peligro de ser engañados falsamente y desviados del compromiso.

 

2 Corintios 11:2-3 NVI “El celo que siento por ustedes proviene de Dios, pues los tengo prometidos a un solo esposo, que es Cristo, para presentárselos como una virgen pura. 3 Pero me temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, los pensamientos de ustedes sean desviados de un compromiso puro y[b] sincero con Cristo.”

 

El Señor habla de un cambio de vida y de estar llenos de su amor que cubre los pecados y echa fuera todo temor. ¿Habría alguna área que se haya visto afectada en su vida? ¿Has dejado de creer en el amor? Mientras lees este devocional, expresa lo que sientes y cómo está tu corazón. Deja que el amor de Dios entre y te llene para que te renueve y te transforme.

 

Apocalipsis 3:20 NVI “Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo.”

 

En CBN Guatemala servimos y oramos todos los días por todas las personas que nos llaman. Entendemos de la manifestación del amor de Jesús y que Él está llamando a la puerta de cada uno de sus corazones. Unos aceptando y otros rechazando el amor del Señor a causa del engaño y el pecado. La oración abre una comunicación con Jesús y le da la oportunidad de entrar en sus vidas y que experimenten el perdón y la misericordia. Las personas que han sido sanadas, liberadas y restauradas dan testimonio del amor fiel de Jesús, que las llamó a su luz admirable. ¡Es un tiempo glorioso porque la puerta está abierta para todos los que creen en Jesús y necesitan su amor!

 

Jesús te está extendiendo sus lazos de amor y sus hilos de misericordia. Si quieres responder, te invito a hacer conmigo esta oración: “Señor Jesús, te pido perdón por una forma de vida que no te gusta.

Me arrepiento de mis pecados y te reconozco como mi único y suficiente Salvador. Hoy abro la puerta de mi corazón y te pido que entres y te quedes conmigo. Llévame y no me sueltes. Gracias por tu amor incondicional y por haber escrito mi nombre en el Libro de la Vida. Amén.”

 

¡Jesús, la Puerta del Amor!


¿Puede Dios cambiar tu vida?

Dios ha hecho posible que lo conozcas y experimentes un cambio asombroso en tu propia vida. Descubre cómo puedes encontrar la paz con Dios. También puedes enviarnos tus peticiones de oración.

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Autora: Gloria Azañón se unió a CBN Guatemala hace un año y trabaja como representante de la línea de oración. Conoció a Jesús hace 30 años, experimentó su misericordia y amor fiel, y mostró a sus 6 hijos el camino a Jesús. Sirven al Señor como una familia, sus 7 nietos alaban y aman al Señor.

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Devocionales

No sé ustedes, ¡pero diciembre es, con mucho, mi mes favorito del año! Es un mes lleno de espíritu alegre, excelente comida, acogedoras tardes de invierno viendo películas navideñas con una taza de chocolate caliente, generalmente rebosante de demasiados malvaviscos… y, por supuesto, ¡es Navidad! Pero detrás del brillo, ¿cuál es el corazón de la Navidad? 

  

Muchos de nosotros tenemos nuestras propias tradiciones navideñas, como elegir y decorar el mejor árbol, llenar las medias, preparar maravillosas cenas, abrir regalos, tratar de acomodar a todos los miembros de nuestra familia bajo un mismo techo e intentar que el día de Navidad sea lo más “perfecto” posible. 

  

Hay muchas cosas diferentes que hacen que la Navidad sea especial y memorable. Pero a veces, puede ser fácil olvidar el verdadero propósito y el corazón detrás de esta festividad. La realidad es que, a medida que han pasado los años, el evento más importante que jamás haya ocurrido en nuestro universo ha sido secuestrado para obtener ganancias comerciales. Pero, aun así, la verdad detrás de la Navidad es una verdad que nunca se puede olvidar. 

  

Algo sucedió que cambiaría el mundo para siempre. 

  

Hace más de 2000 años, un ángel visitó a una mujer llamada María y le dijo que ella y su esposo, José, tendrían un hijo. 

  

  “No temas, María; has hallado gracia delante de Dios. Concebirás y darás a luz un hijo, y lo llamarás Jesús. 32 Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo.” – Lucas 1:26-38 (NVI) 

  

Su amor por ti es implacable, incondicional y más profundo que cualquier amor que haya existido o existirá. 

  

En ese momento, nadie podía entender realmente lo que significaba el nacimiento de Jesús. Pero lo que sí sabían era que el destino de este bebé era ENORME. El nacimiento de Jesús fue la esperanza que todos buscaban y lo que el mundo necesitaba. Nació un Salvador. 

  

Jesús, la Luz del Mundo fue enviado por ti. El Padre nos ama tanto que envió a su Hijo unigénito a la tierra para hacer lo que ningún otro pudo; te hará libre. Él murió por ti. Él murió por tus pecados para que pudieras ser perdonado y vivir en la libertad y la gracia que Él ofrece. Él derrotó a la muerte misma, para que pudieras tener vida eterna. Fue abandonado para que pudieras tener una relación con Él. Murió por todo lo que nos agobia, para que ya no tengas que cargar con el peso. 

  

Lo que Jesús hizo fue más allá de la comprensión. Te estarás preguntando, ¿qué hice para merecer esto? 

  

Esa es la belleza de nuestro Dios. No lo merecemos. Sin embargo, Él nos ama tanto que lo hizo de todos modos. Su amor por ti es implacable, incondicional y más profundo que cualquier amor que haya existido o existirá. Nada puede detener su amor por ti. 

  

Y Él no se detiene ahí. Dios te llama Su hijo. Él te llama amado. Te conoce. ¡Él sabía cuántos cabellos habría en tu cabeza hoy, desde el principio de los tiempos! Te conoce mejor de lo que te conoces a ti mismo. Él te entretejió en el vientre de tu madre y no cometió errores. Te mira como un padre orgulloso. 

  

Hace más de 2000 años, nació un Salvador para darte vida. 

  

Esta Navidad tómese un tiempo para recordar por qué realmente celebramos esta fiesta. Recuerda lo que Jesús hizo por ti y tómate un tiempo para agradecerle. Le encanta pasar tiempo contigo, Su hijo amado. 

  

Tal vez conozcas a alguien que no haya oído hablar de Jesús antes o que no haya entendido la verdad detrás de la Navidad. Te animo a compartir con ellos esta verdad que cambia la vida. Hazles saber lo que Jesús hizo por ellos y cuánto los ama. Estamos llamados a compartir esta verdad con las naciones, y eso comienza con su vecino, colega y amigo de al lado. 

  

Olvídate de los calcetines, perfumes y las cajas de chocolates; Jesús es el mejor regalo que le puedes dar a alguien esta Navidad. 

 

Escrito por Laura Dickens 

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Devocionales
“Con amor eterno te he amado, por tanto, te prolongué mi misericordia”. Jeremías 31:3b(RV60).

El desierto es un lugar caluroso, lleno de soledad, sed, agotamiento, desorientación, animales peligrosos, falta de paz y seguridad.

La infidelidad del pueblo de Israel para con Dios hizo que pasaran por un periodo de calamidad y prueba. No reconocieron quién les daba el trigo, el vino y el aceite. Dios les multiplicó la plata y el oro, pero ellos se lo ofrecían a Baal, un dios extraño. Oseas 2(RV60).

Dios los llamó a cuentas(vs.13) y les advirtió del castigo que traería su desobediencia por apartarse a servir a otros dioses.

Recordemos que Dios es fiel y misericordioso, y los atrajo al desierto para hablarles directamente a su corazón y allí cambiar su desgracia por esperanza. Se habían olvidado de alabar al único que los había sacado de la esclavitud de Egipto y solo, en el desierto les quitaría de sus bocas los nombres de sus dioses, para que nunca más volvieran a repetirlos. (vs.17).

En este proceso les hizo promesas: “te voy a proteger de todos los peligros y te hare dormir segura”. (vs.18) o… “te daré justicia, benignidad misericordia y fidelidad y conocerás al Señor”. Fue en el desierto donde pudieron decir “Dios mío” y ÉL decir: “Tú eres mi pueblo”.

No debemos esperar ser atraídos al desierto. Renovemos nuestra relación con Dios. Cuidemos nuestro corazón para no desviarnos a adorar a dioses extraños como son: la mucha ocupación, el entretenimiento en exceso, el materialismo, los afanes de la vida y sobre todo, lo que abunda en nuestra boca; todo aquello que nos distrae del verdadero propósito de amar a Dios sobre todas las cosas. Demos gloria y honra por el privilegio de ser sus hijos.

Oración
Dios mío, quiero amarte con todo mi corazón, todo mi bien está en ti.

Escrito por Angelina Gómez Corrales para CBN
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