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Devocionales

“Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y el que a mí viene, no le echo fuera”. San Juan 6: 37 (RV60)


Nuestro pasaje bíblico describe un día en que Jesús pasaba por la ciudad de Jericó. Había allí un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico que procuraba ver quién era Jesús, pero no podía, porque era pequeño de estatura, y la multitud se lo impedía.


Corrió adelante para subirse a un árbol a la orilla del camino, para conocerlo. Cuando Jesús pasó por debajo del árbol se detuvo y mirando hacia arriba le dijo estas palabras: “Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa y gozoso por ello, lo recibió”. Lucas 19. (RV60)


Este hombre era muy señalado por la gente por ser recaudador de impuestos. Allí enfrentó a la gente que murmuraba, ¿cómo Jesús había entrado a posar a la casa de un pecador? Pero puesto en pie, le dijo al maestro que repartiría la mitad de sus bienes con los pobres y si en algo había defraudado a alguno se lo devolvería cuatro veces más.


Seguramente te preguntas: ¿Qué produjo en él tal reacción de arrepentimiento? Recordemos que la misión de Jesús fue venir a buscar y a salvar a los perdidos. Además, solo él conoce la necesidad que tiene el ser humano de llenar el vacío de su corazón y de encontrar la paz que su alma anhela.


Pueden haber multitud de obstáculos, pero Jesús quiere que le busquemos, si damos el primer paso, él da dos hacia nosotros como lo hizo con Zaqueo; quiere transformarte y darte un nuevo comienzo.


Oración

Amado Dios, quiero un cambio en mi vida. Hoy me acerco con humildad reconociendo que separado de ti nada puedo hacer, necesito tu ayuda en el nombre de Jesús. Amén

 

Escrito por Angelina Gómez Corrales para CBN

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