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Devocionales

“Conduciré a los ciegos por caminos desconocidos…” Isaías 42:16. 


Es sabio tener planes para el futuro; tener sueños y deseos es parte de lo que mantiene al mundo caminando hacia delante. Todos estamos en la posición que tenemos por decisiones que hemos hecho.
 

  

La noticia emocionante es que podemos seguir creciendo aún más con la ayuda de Dios. Conforme vamos por el camino de la vida, no deberíamos preocuparnos por dónde vamos, sino por a quién estamos siguiendo. 


Prefiero seguir la dirección de Dios que alejarme por mi propio camino y caer. Cuando no estoy seguro de cuál es el camino correcto, Dios ilumina el paso. Encuentro paz en las palabras que Dios habló por medio del profeta Isaías:
 


“Conduciré a los ciegos por caminos desconocidos, los guiaré por senderos inexplorados; ante ellos convertiré en luz las tinieblas, y allanaré los lugares escabrosos. Esto haré, y no los abandonaré.” (Isaías 42:16)
 


Cuando caminamos en la oscuridad, tener un foco es útil; de lo contrario, podríamos golpearnos y caer. Pero al seguir la luz, cada obstáculo se hace visible. La Palabra de Dios es como esa luz que nos guía. Salmos 119:105 dice: “Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero”, y Jeremías 33:3 nos dice cómo recibir claridad espiritual: “Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes.”
 


Tú y yo nos podemos sentar a conversar de planes futuros, pero la clave para abrir las puertas de oportunidad no es la conversación sino la oración. Las Escrituras son mi fundamento y lo que me ayuda a ver por dónde quiere Dios que vaya como respuesta a mi oración.
 


¿Hacia dónde sientes que el Señor te guía? ¿Estás inseguro sobre el camino en que andas? Toma tu Biblia, que es la Palabra de Dios como tu mapa. Obedece lo que sale dentro de sus páginas y también serás exitoso.
 


Como dice Josué 1:8: “Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito.”
 


Oración
 
Señor, gracias por enseñarme a confiar en ti, por dejar tu Palabra como guía para mi camino. Enséñame a encontrar en ella las respuestas que necesito en este momento. En el nombre de Jesús, amén. 

Escrito por Byron Bohnert. Escritor invitado. 

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Devocionales
“Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” Isaías 55:9

Cuanto más caminemos con Cristo, más entenderemos que la vida no es tan fácil como creíamos que sería. De hecho, las cosas pueden complicarse mucho. ¿Quién de nosotros no tiene una historia personal de cómo oramos por algo sin ver que se llevara a cabo?

Voy a ser honesta contigo. El concepto de Dios va más allá de nuestra comprensión, y sus pensamientos y planes para nuestras vidas no siempre se entienden. Eso lo dice la Biblia. “Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes”; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!, nos recuerda Isaías.

Entonces, ¿existen oraciones no contestadas? Al ver el cuidado especial de la naturaleza de Dios (Lucas 12:7) en particular a sus hijos (Proverbios 15:29), podríamos concluir que no. Él responde cada oración, probablemente muy similar a cómo le respondemos a los niños: sí, no o aún no.

Cuando te encuentres en una situación donde parece que tus oraciones no pasan del techo, es un buen momento para detenerse y preguntarle a Dios: ¿Cómo me estás respondiendo que no logro verlo? Él te lo mostrará. Recibir un “sí” es naturalmente maravilloso. Eso es exactamente lo que se esperaba en el momento indicado. El “no” es más difícil de escuchar, pero con esta contestación está la promesa de la gracia para lidiar con esa situación.
 
Sospecho que “aún no” es la respuesta más recurrente, en especial cuando se alinean las oraciones con la Palabra de Dios. Esto requiere paciencia y fe. Debemos creer que Dios no nos ha olvidado (Isaías 49:14-16) y, que como la visión de Habacuc, se hará realidad (Habacuc 2:2-3).
 
Sé que es más fácil decirlo que hacerlo, pero debemos intentarlo.
 
Oración
Señor, sé que siempre me escuchas y respondes a mis oraciones; sin embargo, a veces siento que guardas silencio a mi petición. En esos momentos, necesito que me muestres que me estás respondiendo. Ayúdame, Señor, a entenderlo. En el nombre de Jesús, amén.

Escrito por Jennifer E. Jones. Productora multimedia, Club 700
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