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Devocionales

Hace unos días, revisé los mensajes de los espectadores de Superlibro a través de nuestras plataformas de redes sociales. Como es muy común, la gente a menudo nos escribe en busca de una palabra reconfortante de aliento u oración. Sin embargo, esta vez, me encontré con una nota que tocó profundamente mi corazón, y me sentí obligada a detener mi trabajo y orar al Señor.

 

Con el corazón roto y confundida, expresé mi pregunta al Señor: “¿Cómo es posible que haya hermanos en Cristo pasando por situaciones tan difíciles?” Permanecí en silencio hasta que Dios trajo a mi mente las palabras de Pablo y Bernabé a los discípulos de Listra, Iconio y Antioquía:

“Es necesario pasar por muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios.” Hechos 14:22

 

Entonces, abrí mi Biblia y leí todo el capítulo. El autor del libro de Hechos relata la persecución que enfrentan Pablo y Bernabé por predicar el evangelio. Sin embargo, en los últimos versículos, enfatiza que, a pesar de estas dificultades, deben continuar con su misión de entrenar y exhortar a los discípulos de Jesús y perseverar en su fe a pesar de las pruebas. Dios usó esta historia de Su Palabra para traer convicción a mi corazón y enseñarme que Él usa las dificultades para hacer evidente Su obra en nosotros y prepararnos para el día en que nuestro Señor Jesús regrese. Después de aprender esta valiosa lección, respondí a la escritora para animarla a perseverar en su camino de fe, a darse cuenta de que el Señor está obrando en su vida, incluso en situaciones dolorosas, y le compartí sobre el don de la dificultad.

 

Muchos cristianos han sido enseñados que las tribulaciones no son para los hijos de Dios, sin darse cuenta del lugar significativo que el sufrimiento tiene como parte del plan de Dios para usar nuestras vidas. Por el contrario, el sufrimiento es un don que construye nuestro carácter y nos obliga a depender de Él, lo que en última instancia glorifica a Jesús.

 

Es típico que estas situaciones nos confundan por un momento, y hasta exijamos respuestas como lo hizo Job con el Señor (Job 13:3). Sin embargo, este don no escapa de la voluntad de Dios, sino que lo que lo hace aún más hermoso es que Él prometió estar allí con nosotros en cada proceso difícil que enfrentamos. La sombra de Sus alas es el mejor lugar para entender que Él es soberano y gobierna todo lo que sucede en nuestras vidas, y esta es nuestra esperanza en tiempos de problemas.

 

Si tú también estás enfrentando un momento difícil, te invito a orar y pedir a Dios dirección para que puedas entender lo que Él está formando en tu carácter a través de tus circunstancias difíciles. Y, como dice David en el Salmo 57:1, “Me refugiaré a la sombra de tus alas hasta que haya pasado el peligro.”

 

Descansa en Su soberanía y anímate en medio del dolor porque Él es fiel en perfeccionarte hasta el día de Su regreso.

Escrito por FABIOLA ROJAS PÉREZ



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Devocionales

Hace más de 10 años trabajé en una empresa que se dedicaba a realizar encuestas telefónicas. Recuerdo que temía el rechazo cuando estaba realizando la encuesta que duró aproximadamente de 7 a 20 minutos. Solo pensé que después de empezar me cortarían la llamada sin terminar la encuesta ya que cada encuesta completada tenía un valor aproximado de 12 a 17 pesos, dependiendo de la empresa que la solicitaba.

 

Ahora estoy sirviendo en CBN México, donde comencé en el ministerio como voluntario respondiendo llamadas del Club 700 Hoy. Apoyo en oración a las personas que contactan con nosotros y necesitan una palabra de aliento. Recuerdo que durante la primera semana de recibir llamadas experimenté el mismo miedo a ser rechazado, pero ya no. Aquí es donde Dios me hizo valiente porque ahora estoy hablando en nombre de Dios con su Palabra escrita. A través de lo que he vivido en cada llamada y escuchando cómo Dios nos puede usar, se acabó mi falta de confianza en Él, he aprendido a dejar atrás la timidez y enfrentar situaciones de riesgo.

 

Siendo valiente como Jeremías, Dios usó al profeta para llamar al reino de Judá al arrepentimiento. Los reyes Josías, Joazim, Joaquín y Sedequías, debido al castigo impuesto por Dios, serían vencidos por los caldeos si no volvían a él su corazón.

 

En Jeremías capítulos 12 al 14, nos enseña que Jeremías consideraba que los impíos no podían disfrutar de ninguna prosperidad o placer, a menos que Dios se lo permitiera. El fruto que disfrutaron al final vino de Dios de una manera u otra y esa gente malvada que no quiso oír sus palabras, que anda en la imaginación de su corazón, y que va tras dioses ajenos para servir e inclinarse ante ellos, en última instancia, se volverían buenos para nada.

 

El mensaje de los demás profetas era que “no verán espada, ni habrá entre ellos hambre, sino que en este lugar les dará verdadera paz, era que allí habría liberación de la espada y del hambre, Dios rescatarlos”. Este fue un mensaje positivo y esperanzador que contrastaba con lo que Dios le dio a Jeremías.

 

Dios da una palabra dura a Jeremías que vivió durante un período turbulento, los últimos años del reino de Judá, desde la muerte del rey Josías (609 A.C.) y la posterior pérdida de la independencia, pasando por la destrucción de Jerusalén por los babilonios y el exilio de gran parte de su población (587/586 A. C.). El Libro de Jeremías registra las profecías finales para Judá, advirtiéndoles de la destrucción venidera si la nación no se arrepentía. Jeremías llama a la nación a volverse a Dios. Al mismo tiempo, Jeremías reconoce la inevitable destrucción de Judá, debido a su idolatría e inmoralidad impenitentes.

 

Aunque Dios nos ama y quiere librarnos de un sufrimiento innecesario, cuando pecamos, traemos sufrimiento sobre nosotros mismos. Jeremías 17:9 NVI, “El corazón es más engañoso que todas las cosas y sin remedio. ¿Quién puede entenderlo? Jehová permitió que los israelitas sufrieran muchas de las consecuencias de su iniquidad (véase Jeremías 2:17; 4:18; 7:19).

 

Jeremías 1:5 NVI, “«Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido;…”

 

Jeremías 29:10-11 NVI: “Así dice el Señor: «Cuando a Babilonia se le hayan cumplido los setenta años, yo los visitaré; y haré honor a mi promesa en favor de ustedes, y los haré volver a este lugar. Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.”

 

El profeta Jeremías tenía un mensaje muy difícil de entregar. Jeremías amaba a Judá, pero amaba mucho más a Dios. Tan doloroso como fue entregar un mensaje consistente en juicio a su propio pueblo, Jeremías fue obediente a lo que Dios le dijo que hiciera y hablara. Jeremías esperaba y oraba por la misericordia de Dios hacia Judá, pero también confiaba en que Dios era bueno, justo y recto. Nosotros también debemos obedecer y confiar en Dios, aun cuando sea difícil, reconociendo que la voluntad de Dios es más importante que nuestros propios deseos, y confiando en que Dios, en su infinita sabiduría y perfecto plan, buscará lo mejor para sus hijos (Romanos 8:28).

 

Así como Jeremías fue valiente al anunciar las indicaciones que son los deseos, la voluntad de Dios para su pueblo, así debemos ser nosotros. Ser valiente es tener la virtud o cualidad de mostrarse con valentía y fortaleza ante las personas, las circunstancias y los problemas de la vida. Es una cualidad psicológica comparable a la fuerza, pero también es una virtud que se adquiere mediante la repetición de actos valientes.

 

En hebreo, la palabra ¨valiente¨ es Gibbor, que significa: guerrero fuerte, audaz e intrépido en la batalla. En Deuteronomio 31:7 Moisés le dijo a Josué que fuera fuerte y valiente y en Josué 1:6 Dios le dice a Josué lo mismo que sea fuerte y valiente.

 

Ser valiente es tener el coraje de superar lo que tenemos por delante, es la oportunidad de afrontar esa situación que nos ofrece la vida, o que hemos elegido. El coraje es un desafío al que nos exponemos para crecer, aprender y mejorar. Esto es lo que Dios me ha dado. Mientras reflexionas sobre estas palabras hoy, hagámonos la pregunta.

 

¿En qué área de la vida sientes que necesitas ser valiente? ¿Dónde necesitas coraje para superar lo que tienes delante? Mi oración por tu vida es que el miedo desaparezca a medida que depositas tu confianza en Dios Y avanzas en la fe.

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Autora: Norma Martínez. Coordinador del Servicio de Oración de CBN México. Norma reside en la Ciudad de México. Después de que ella y su esposo terminaron sus estudios en el Instituto Bíblico, fueron enviados a pastorear una iglesia independiente donde sirvieron durante 21 años. Norma comenzó como voluntaria en el centro de llamadas de CBN México en 2013 y ahora ayuda a coordinar el centro de servicio de oración.

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