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Devocionales

“Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía”. Salmo 133:1

 

En casi todo lugar donde tomemos contacto con personas, siempre nos vamos a encontrar con una que tiene una actitud rencillosa y peleadora.

 

Desde niños nos topamos con personas, hermanos y primos con una actitud egoísta y de pleito. En el transcurso de nuestras vidas lo podemos ver en el trabajo, donde frente a nuestro escritorio tenemos a una persona con estas actitudes, que está al acecho intentando crear en cada momento una nueva pelea.

 

Lo podemos ver en la familia, en ese pariente que pareciera ser especialista en originar rencillas, problemas y lo que es peor, divisiones.

 

Aún entre las paredes de las iglesias encontramos también personas semejantes, aunque pensemos que los cristianos no deberían tener estas actitudes, pero nos damos cuenta de que en la iglesia hay de esas personas.

 

El Salmo 133 nos dice que es bueno y delicioso que los hermanos habiten juntos en armonía (la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, de estudio, los hermanos de la iglesia). Se puede estar junto a alguien pero sin armonía. La armonía es una actitud del corazón y debe ser la característica del cristiano que ama al Señor. Nuestro deseo debe ser fomentar siempre la paz, la unidad y la armonía dondequiera que vayamos.

 

Aquellos que crean pleitos donde estén y que son destructores de la armonía no cuentan con la aprobación del Señor. La atmósfera de Dios es la armonía y la unidad. No te dejes llevar por las insinuaciones de tus compañeros ya sea en el trabajo, en la universidad o donde te desempeñes para hacerte enojar y pelear.

 

Tenemos que decidir responder a lo malo con lo bueno de Dios, con amor y perdón. Debemos de ser promotores de la armonía y la bendición de Dios.

 

Oración:

Líbrame oh Dios de ser un portador de división y falta de armonía. Ayúdame a moverme guiado por tu Espíritu Santo para poner paz donde no la haya, para poner armonía donde hace falta. En el nombre de Jesús. Amén.

Escrito por Úrsula Scheelje para CBN

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