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Devocionales
“…¡Dichoso el que confía en el Señor!” Proverbios 16:20 (NVI).

Tenía sentimientos encontrados sobre visitar a mi madre. Tenía 93 años y no me había reconocido durante años, parecía que no escuchaba lo que decía y era muy difícil conversar con ella. Oraba silenciosamente para que Dios nos permitiera conectarnos de alguna forma, que pudiera serle de bendición.

Mi mamá, quien padece de Alzheimer, quedaba como si nada al vernos. Quería preguntarle a mi esposo si el viaje de seis horas había valido la pena, cuando recordé una pregunta que yo había hecho tiempo atrás. “Mamá, ¿eres feliz?” le pregunté. Luego de una gran pausa respondió: “No lo he considerado. ¿Qué se necesita para estar feliz?”

“Supongo que la felicidad significa estar contenta”, dije. Aún sin mostrar ninguna emoción, ella contestó: “Sí, se puede decir que tengo contentamiento”.

El Señor respondió a mi oración, me dejó conectarme con mi madre. También Él me habló por medio de ella. ¿Qué se necesita para ser feliz?

Pasamos mucho tiempo y energía buscando la felicidad, como si nos la deben. Incluso los adultos toman grandes decisiones con el fin de ser felices. Pero, ¿cuántos realmente consideramos qué se necesita para ser feliz?

Muchas veces buscamos nuestra felicidad en cosas que dicta la sociedad: posesiones, éxito, prestigio o diversión (comida, inmoralidad, drogas, etc.). Buscamos en cosas temporales.

¿Qué dice Dios sobre la felicidad? Tanto en el Antiguo, como en el Nuevo Testamento, se traduce muchas veces la palabra felicidad con “bendecido”, “dichoso” o “bienaventurado”; en otras palabras, la felicidad genuina viene de la mano de Dios.

Muchos versículos muestran una perspectiva distinta de la autofelicidad que buscamos, por ejemplo:

“¡Cuán dichoso es el hombre a quien Dios corrige!” – Job 5:17 “

¡Dichoso el que se compadece de los pobres!” – Proverbios 14:21

“¡Dichosos los que son obedientes a la ley!” – Proverbios 29:18

“En verdad, consideramos dichosos a los que perseveran…” – Santiago 5:11

“Dichosos ustedes si los insultan por causa del nombre de Cristo.” – 1° Pedro 4:14

No sé si mi mamá fue bendecida con mi visita, pero yo sí. “¡Dichoso el que confía en el Señor!” (Proverbios 16:20).

Oración
Señor, gracias por enseñarme a ser feliz y a medir lo que puede hacerme dichoso con otros parámetros que no siempre la gente toma en cuenta. Amén.

Escrito por Kay Camenisch. Escritora invitada
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