Devocionales

Dios te ayuda y te cuida

Salmo 21: 2-3 “¡Mi ayuda viene del Señor, quien hizo el cielo y la tierra! Él no permitirá que tropieces; el que te cuida no se dormirá.” NTV

 

Era una mañana muy fría cuando decidieron escalar la montaña nevada, tomaron un desayuno ligero y pronto los cuatro integrantes del grupo se encaminaron por el sendero.

 

Que bello paisaje andino, el viento aunque helado acariciaba su piel bajo el sol resplandeciente, todos estaban muy emocionados, habían terminado sus estudios y querían tener unas vacaciones apasionantes.

 

Tenían algunas horas escalando cuando una de las chicas llamada Débora resbaló y cayó por una pendiente rocosa, todos se apresuraron para ayudarla, pero había caído en un lugar de difícil acceso y solo se escuchaba los lamentos dolorosos de la joven.

 

Después de varios intentos decidieron que uno de ellos iría por ayuda, pero ya empezó a pintarse el cielo de intensos colores de la puesta del sol, y a lo lejos cada vez se veía más pequeña la figura de Luis que fue a buscar auxilio.

 

La noche pronto se hizo manifiesta, Débora estaba silenciosa, no sabían si dormía o si por las heridas estaba grave, Juan y Ana decidieron entonces orar, el intenso frío de la montaña calaba sus huesos, se abrazaron para darse calor y al mirar hacia el cielo enviaron una oración desesperada al único que no duerme jamás y que podría mandar ayuda, sus ojos llenos de lágrimas y sus corazones latiendo más fuerte llevaban el compás de sus intensas emociones y su profundo agradecimiento al Señor, cuando de pronto oyeron ruidos y pronto se veían pequeñas luces acercándose, era la patrulla de la montaña que venía al rescate con Luis.

 

A la mañana siguiente cuando todo pasó y ya con Débora en el Hospital, los cuatro dieron gracias al Señor que los había protegido y les había enviado ayuda.

 

¿Necesitas la ayuda de Dios en tu vida? Repite conmigo: “Padre celestial necesito que me ayudes para que mi vida sea dirigida por ti, te lo pido en el nombre de Jesús, mi Salvador, amén.”

Escrito por: Dra. Amara de Benites para CBN