Historias
Pan caído del cielo
Adelaida y su esposo Miguel estaban emocionados por iniciar su propia panadería. Miguel incluso renunció a su trabajo para terminar la construcción del local en menos tiempo.
Sin embargo, sus ahorros se acabaron antes de poder comprar el equipo y otros materiales que necesitaban para lanzar su empresa.
“Esos fueron tiempos difíciles. Se nos acabó la comida para alimentar a nuestros hijos y tuvimos que depender de vecinos y familiares para ayudarnos”, explica Adelaida. Aunque la pareja trató de obtener un préstamo, nadie parecía dispuesto a tomar tal riesgo. Mientras tanto, Miguel luchó por conseguir un empleo.
Fue durante este trago amargo, que alguien le habló a Adelaida sobre Operación Bendición. “Me preguntaba si me ayudarían; oré y dije: ‘Dios, esta es la puerta que has abierto para mí’. Sentí esperanza en mi corazón.”
¡Operación Bendición fue la respuesta a sus oraciones! Les dieron un microondas, una batidora comercial, al igual que mesas y sillas para sus clientes. Además, los materiales e ingredientes necesarios para comenzar a cocinar de inmediato. “Me sentí tan agradecido con Dios por encontrar a Operación Bendición. La ayuda vino cuando más lo necesitábamos”, comenta Miguel.
Luego de tan solo dos meses, el negocio está floreciendo. Su panadería hace y distribuye repostería en todo el barrio y a compañías cercanas.
El corazón de Adelaida está lleno de gratitud. “Desde que conocí al personal de Operación Bendición, no he dejado de orar por su organización. Han sido un gran apoyo para nosotros. No hay palabras, ni forma de pagarles lo que han hecho, sólo Dios. Han hecho nuestro sueño posible, y les doy gracias de todo corazón.”
Tú también puedes ser parte de esto y ayudar a más familias a salir adelante, haz clic en el botón
¿Te unes a nosotros?