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Ayuda médica, Costa Rica, Historias, Operación Bendición, Orphan´s Promise

En un pequeño rincón de nuestro mundo, surge una historia de amor y sacrificio. Conocemos a Gabriela, una madre llena de valentía y determinación, quien trabaja arduamente para brindar lo mejor a sus hijos. Sin embargo, su visión ha estado nublada por la adversidad económica, lo que la ha llevado a enfrentar desafíos en su día a día y poner en riesgo su bienestar.

A medida que pasaba el tiempo, los ojos de Gabriela se nublaban y las letras en los libros se desvanecían. Realizar las tareas más simples se volvía un desafío, ya que su vista desgastada no le permitía ver con claridad.  La valiente madre se encontraba en un dilema angustiante, sentía la obligación de priorizar las necesidades de sus hijos por encima de las suyas. No podía permitirse gastar sus escasos ahorros en anteojos y a pesar de su dolor y limitación, continuaba sacrificándose en silencio, buscando una solución en medio de su desesperación.


Con su espíritu resiliente, intentó resolver su problema visual adquiriendo unos anteojos genéricos en un supermercado local. Aunque esta solución de bajo costo le proporcionó un alivio temporal, no era suficiente para corregir su visión y superar los obstáculos diarios. Dolores de cabeza, mareos y fatiga se convirtieron en compañeros indeseados en su vida.

La historia de Gabriela llegó a los oídos de Orphan’s Promise, otro proyecto poderoso de CBN que busca brindar esperanza y ayuda a los más necesitados, especialmente a los niños vulnerables. Conmovidos por su situación, decidieron presentar el caso.


Fue así como Gabriela se encontró inmersa en un cálido abrazo de amor y cuidado, porque a través del programa de donación de anteojos, se le brindaron exámenes oftalmológicos exhaustivos para determinar la graduación precisa que necesitaba.


La emoción se hizo presente cuando fue invitada a una clínica colaboradora de Operación Bendición, donde finalmente recibiría sus nuevos anteojos. Con gratitud y alegría, Gabriela abrió los ojos y se sumergió en un mundo renovado, vio cómo su vida cobraba un nuevo sentido. Ya no estaba limitada por las tareas cotidianas ni agobiada por los dolores y malestares que le habían acompañado durante tanto tiempo. La confianza resurgió en su ser, permitiéndole enfrentar cada día con nuevas fuerzas.


Su historia es un testimonio vivo de que podemos ser las manos de Jesús en esta era y como través de la generosidad de los donantes Gabriela había recibido un regalo maravilloso: la oportunidad de ver nuevamente.


El futuro de Gabriela ahora brilla con una luz renovada. Sus hijos la ven como un faro de amor y fortaleza, y ella se enorgullece de perseverancia.

Si quieres conocer más de Operación Bendición, visita: www.ob.org / www.cbnlatino.com

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