Devocionales

Indiferencia

"Al ver Jesús la fe de ellos, le dijo al paralítico..." (Marcos 2:5)
A veces nos ha tocado lidiar con malos tratos. Sea por parte de algún funcionario, por un cliente o un familiar. Incluso, hasta de algún desconocido, y creo que todos coincidiríamos en que es una experiencia desagradable.

Pero quizá estés de acuerdo conmigo en que algo peor que un mal trato es la indiferencia. ¿Cuántos de nosotros nos hemos topado con la frialdad de la indiferencia cuando buscamos algo? Probablemente, hasta nosotros mismos hemos sido indiferentes a la necesidad de alguien que se nos ha acercado.

En la historia que nos relata Marcos el evangelista, leemos sobre unos hombres que se animaron a acercarse al Maestro para presentarle la necesidad de su amigo paralítico. Tuvieron la valentía y el atrevimiento de hacer algo ingenioso para lograrlo. Ignoro si tenían alguna idea de cómo iría a terminar la historia, pero es esperanzador ver la reacción que tuvo Jesús. Él no se mostró indiferente a la situación ni a las necesidades espiritual y física del paralítico.
Eso debería alentar nuestros corazones. Usualmente recurrimos a Él cuando tenemos alguna necesidad con la esperanza de que supla nuestra carencia y en ocasiones sucede que pasa el tiempo y no vemos respuesta. Algunos hasta desisten de seguir orando. Es en ese momento, cuando debemos recordar la historia del paralítico y sus cuatro amigos. Dios nunca permanece indiferente a nuestro intento por acercarnos a Él. Siempre hace algo, aún cuando nos parece que todo sigue igual. Por medio del profeta Jeremías nos dijo que sabía muy bien los planes que tiene para nosotros y que son planes de bienestar (Jeremías 27:11).

Sea que tengamos una necesidad material, alguna dolencia, o simplemente que busquemos su amistad, Dios tiene toda la intención del universo de acercarse a nosotros. ¿Qué tal si aprovechamos ese regalo?

Oración:
Señor, hay días en que no nos sale nada y en los que nos sentimos solos y sin ayuda. Gracias por permanecer a nuestro lado y por tu propósito para nuestras vidas. Ayúdanos a seguirte y confiar aún en el momento más difícil. En el nombre de Jesús, tu hijo, amén.

Escrito por Fabrizzio Ponce para CBN.